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Muevo mis caderas al ritmo de la música con ambas manos sobre mis rodillas para mantener el equilibrio, comienzo a sentir el cansancio pasándome factura, soy una bailarina oxidada pero no me detengo y me mantengo moviendo mi cuerpo al ritmo del dichoso twerking que suena en los altavoces.

El escenario que tengo detrás vale totalmente la pena.

Tengo a un Alexander idiotizado y tragando grueso lo cual me hincha el pecho de satisfacción plena.

Bendita sea Allyson Stewart por obligarme a hacerle compañía en sus clases de twerk, bien hecho All!!!.

A pesar de amar el rock metal logré agarrarle el gusto a esta música y a este baile, es un baile re sensual que me hace amar mi cuerpo y en consecuencia sentirme toda una abeja reina y así me siento ahora mismo cuando todos se detienen para observarme bailar.

—¿Sorprendidos? — les digo riendo con la voz entrecortada, sobre todo a Mer que parecía retarme y se dio por vencida. Esta me señala con un dedo.

—Eres una demonia sexy— se acerca a mí emocionada como acostumbra hacer dando saltitos- tienes a mi hermano duro y petrificado en el mismo sitio.

Esta vez no escondo mi sonrisa ni mi malicia, quería demostrarle que si quiero que me mire, lo hará y no podrá apartar sus malditos ojos de mi aunque lo desee.

Sussan comienza a chillar nuevamente por el micrófono que nos pongamos serios y comencemos la dichosa competencias de pareja.

—Se acabó el calentamiento chicas y chicos ahora comienza lo ....

Con el rabillo del ojo logro captar a Kellian, desenchufa el audio de repente y la voz de la chica se vuelvo un hilo débil apenas entendible, menudo idiota.

No puedo procesar por qué lo hace porque éste corre hacia mí y me lanza de lleno a la piscina junto a él.

Solo puedo registrar una cosa antes de caer, Alexander saliendo como una bestia del lugar.

Los demás se lanzan a la piscina al instante y yo finjo una sonrisa, me decepciona terminar así cuando ya había idealizado lo que sería ese baile, había idealizado tenerle más cerca y el idiota del primo de Mer me ha arrancado mi momento de gloria.

Deseaba más. Me siento frustrada y enfurecida.

Finjo unas tres sonrisas más con las chicas y cuando Kellian intenta seguir coqueteando conmigo me vuelvo la Kyoto Sato que pocos soportan, la chica fría y distante. Lo siento si confundí a este chico pero en verdad dudo que realmente le importe, solo soy una más de las tantas.

Me excuso con la idea de ir por mi móvil a la cocina y agarro una toalla en el proceso, escurro mi pelo y un poco mi ropa y sonrío cuando escucho la música volver a sonar.

Me dirijo a la cocina escaneando todo el lugar y agarrando una nueva cerveza.

Está vacía.

No me pondré a husmear en casa ajena ni menos correré a buscar a Alexander pero lo cierto es que me hubiese gustado encontrarlo, para qué? No lo sé. Tengo la sensación de que tenemos algo pendiente.

Tarareo una canción mientras diviso mi abrigo, me lo pongo con rapidez y camino hasta la puerta principal.

Respiro con fuerzas cuando salgo al exterior. No puedo evitar amar estar aquí fuera rodeada de tanta naturaleza y tanto verde, desearía tanto poder pintarlo ahora mismo, poder trazar cada línea de esta belleza que tengo en frente.

Esta vez me permito seguir uno de los caminos, caminarlo lento y en cada paso me imagino frente a un lienzo enorme sin parar de crear y reproducir lo que veo.

Me refugio en ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora