13

18 11 5
                                    


Meredith

Me encuentro amarrada en posición fetal sobre una superficie fría y sumamente asquerosa, es lo único que tengo claro, mis muñecas arden de la fricción que ocasiona la cuerda y mi fuerza por liberarme de esta agonía. Tengo sangre por toda mi cara, es una mezcla entre pegajoso, seco, húmedo que me provoca náuseas.

Desperté hace alrededor de unos minutos y me preocupa el silencio a mi alrededor y la sensación de movimiento constantemente. No puedo ver absolutamente nada, como si me tuvieran herméticamente encerrada y sin la luz prendida, eso hace que mis nervios se dupliquen.

Huele sumamente asqueroso como una mezcla de muchas cosas descompuestas y la temperatura es muy baja, demasiado para mi escasa ropa. Sin dudas estoy en una camión transportador de refrigerios pero lo peor no es eso, lo peor es el vacío inmenso que siento en mi corazón, ¿dónde rayos está Nickolas? ¿Qué demonios ha pasado?

Fui una estúpida al venir corriendo sin hacer preguntas, fui inmensamente estúpida. Desde pequeños a Alex y a mí nos han preparado para evitar situaciones como estas en que pudiéramos resultar heridos por dinero y aquí estoy yo, amordazada por un conocido, siendo víctima de un estúpido secuestro al que me traje yo misma caminando por mis propios pies y que puede costarme la vida porque, ¿dinero? Si llaman a mis padres justo en este momento son capaces de ofrecerme para alimentar a los cocodrilos del zoo, soy inservible para ellos puesto que no llevaré a casa la alianza que tanto soñaron, la furia de mi madre debe andar por los cielos, incluso si me sacara de este rollo me lo echaría en cara toda la vida y casi es mejor morir que arrastrar esas cadenas para siempre.

La comezón en mi cuello aumenta a niveles muy por encima de lo normal, estoy atrapada y no estoy nada preparada para lo que sea que puede suceder.

Necesito dejar de estar aterrada, las lágrimas que corren por mi cara son heladas y hacen que mis temblores sean mucho más fuertes, la temperatura se está volviendo insoportable para mi delgado cuerpo. Necesito centrarme, necesito calor, necesito a mi hermano, necesito encontrar a Nickolas, vivo.

El insoportable hedor, la temperatura y el constante movimiento hacen que mis ojos pesen sin poder evitarlo y que poco a poco valla perdiendo la conciencia.

***


-¿Estás consciente al fin Meri preciosa? Me has hecho esperar.

-No- me cuesta pronunciar las palabras, mi cuerpo se siente sucio y débil- me llames así- escupo el suelo dejándole claro el asco que ocasiona en mí esas palabras de su boca.

He despertado en lo que parece ser un garaje abandonado y el investigador Pérez dando vueltas a mi alrededor con un arma que después de echarle dos vistazos de cerca, concluí no está siquiera cargada, o solo es mi yo nerviosa sacando conclusiones anticipadas. Es un estúpido principiante que imagino realmente solo quiere dinero. ¿El problema? A veces los estúpidos hacen cosas estúpidas y si está aquí a cara destapada es porque tiene uno que otro plan entre manos.

- Mi hermano puede darte lo que quieras- le digo mirando a mis pies- ¿cuánto quieres?

- No tan fácil. Tenemos cosas que conversar. Tengo que informarte sobre mis últimos descubrimientos del caso, después de todo, eres mi clienta- ríe pasando el arma por su sien.
Me está involucrando en su juego sucio de una mala manera y odio el hecho de caer en él.

Levanto la vista hacia él, suplicando por información con mis ojos.

-No encontré a Nickolas- dejo ir todo mi oxígeno contenido y unos latigazos imaginarios me recorren el cuerpo. Todo en vano, toda esta pesadilla en vano- pero encontré esto.

De su bolsillo saca lo que distingo como el móvil de Nick triturado.

-¿Cómo...cómo lo has encontrado?

-Tu adorado amorcito tuvo un accidente y esto fue lo único que quedó de él- se acerca a mí y yo no caigo al suelo porque estoy pegada a esta silla, Nick murió, mi novio no está, yo...yo siento que voy a colapsar de nuevo.

-Él no está muerto- grito con toda la fuerza que me queda mientras sollozo-No lo está- me niego a caer en su sucio juego.

-Y eso no es todo Meredith, hay más para ti.

No tenía que haber contestado el teléfono y ahora estaría en un bar tomando unos tragos con Ky, estaríamos en su casa, tranquilas, quiero que esta pesadilla termine, quiero despertar y que toda esta horrible situación desaparezca.

Esto no está sucediendo. Esto no está sucediendo. Esto no está sucediendo.

Me repito una y otra vez mientras las lágrimas que salen de mis ojos me nublan la vista por completo.

- Nickolas estaba siendo chantajeado- instantáneamente levanto la vista hacia él- por tu madre.

Esas palabras se vuelven un eco repetido en mi cabeza, me rasguñan el alma como garras enormes atacándome sin piedad. De ahí en adelante no puedo procesar nada más porque me percato que mi secuestrador no miente.

Nick murió y tal vez por mi causa. La única persona que logró amarme por quien era murió por mi culpa.

El investigador Pérez habla sobre un caso de golpe y fuga, sobre un auto incinerado, un cuerpo sin identificar y el celular de Nick a tres metros del auto.

No puedo procesar nada más, no puedo sostener este peso enorme sobre mi pecho.

Mamá no puede ser tan cruel y haberme arrancado lo único genuino que tenía.

Mi Nickolas no tenía por qué pagar las consecuencias de toda esta mierda. Grito de frustración, de dolor, pataleo en mi silla, esto no puede estar sucediendo. Siento que me estoy apagando por dentro, que el dolor y la rabia me consumen y que uno intenta dominar al otro y todo es un caos.

Pérez se acerca a mí y casi quiero saltarle encima como un perro rabioso.

- Vamos, es hora de llamar a Alexander- me apunta con la pistola justo en la cien- el número, ahora.

-Solo mátame -digo con voz firme, una voz ajena, una voz manipulada por un cuerpo vacío, por un corazón roto.

Me refugio en ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora