Ir a unos cuantos kilómetros por horas por encima de la regla, con una novia fugitiva, rock en los altavoces, autos que nos persiguen y una madre enfurruñada; definitivamente mi día ha cambiado para mejor.
─Tu ropa interior es horrible─ le digo haciendo una mueca ante sus pantis blancas de abuela y corsé apretado color mamoncillo. No he podido apartar la vista de ella en minutos; ni siquiera mi tatarabuela debe haber hecho sangrar así los ojos de su marido en su época.
─Lo sé, era mi venganza, con esto puesto tenía fé de que me pusieran a dormir con un beso en la frente antes de ponerme un dedo encima─ estallo en una risa explosiva que se escucha en todo el auto. Esta chica es más de lo que parece. Me agrada.
─No encuentro fallas en tu lógica─ hago un giro en u para perder definitivamente el último auto que nos hacía la carrera. Listo; tenemos la carretera limpia─ nadie se atrevería a usurparte con esas fachas.
La chica introduce una dirección en mi GPS con agilidad.
─ Me puedes dejar ahí, no es muy lejos de aquí si nos desviamos en la próxima─ me dice y asiento. No soy de conversar como loro y menos si se trata de desconocidos así que guardo silencio y me concentro en la carretera.
─Gracias por salvarme hoy─ le escucho vagamente y bajo el volumen de la música, a veces me excedo un poquito─ hubiese sido una mierda enorme haber jugado el falso papel de esposa enamorada la vida entera, no quiero casarme, no quiero un marido, quiero ser feliz, quiero…─ hace un puchero que me estruja el pecho, tal vez esta chica y yo, tengamos más en común de lo que pensaba.
─Quieres ser feliz─ termino por ella─ a tu forma. Como hubiese deseado que hicieran conmigo en su momento, mi mano libre del volante la coloco en su hombro y le doy un ligero apretón─ Todo estará bien, te lo aseguro, lo peor siempre es el primer paso─ mis ojos se cristalizan y tal vez reflejan la tristeza que siento al recordar mi primer intento de ser libre, de ser feliz, dejando atrás la universidad, provocando que se agravara la enfermedad de papá, lo egoísta que me sentí en ese instante y a la vez tan yo, tan suelta de ataduras impuestas y una vida programada por otros─ te entenderán, si realmente te aman, lo harán─ y es cierto, quien te ama, te acepta por quien eres y te empuja a seguir adelante, te apoya si tropiezas y te alienta a ir por más, a comerte el mundo si así lo deseas.
Reparo en que justo hemos llegado al lugar señalado por mi GPS así que me detengo y la miro a los ojos por primera vez en todo el trayecto. Ella retira mi mano de su hombro y me la sostiene con ambas manos.
─Supongo que moriré en deuda eterna contigo, necesitaba un empujón y me lo has dado, realmente no sé cómo pagarte. ¿Hay algo que desees? ─ y aquí es donde esta chica se equivoca.
─ Me caías bien hasta hace un segundo, no lo arruines─ tuerzo los ojos─ no te he ayudado por dinero ni porque desease algo de ti.
Me sorprende de forma inédita cuando se quita el cinturón y se lanza sobre mí y me besa la mejilla.
─Eres demasiado cool para ser real, ¿sabes?
Acto seguido se baja del auto y no sé por qué hago lo mismo como un movimiento reflejo. Debería darle vergüenza andar exhibiéndose en esas fachas así que le brindo mi chaqueta.
Reparo en lo que hay detrás y retrocedo años atrás, a cuando realmente fui feliz.
─Te brillan los ojos─ dice y se acerca a mí para comprobarlo mejor.
─Es… es una…─tartamudeo señalando el local que hay detrás.
─Una galería de arte─ sonríe─ es mía─ ¿te gusta el arte? ─ me pregunta extrañada, supongo que mi moda oscura y falta de vida y color hace que se cuestione la pregunta.

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Me refugio en ti
Roman pour AdolescentsKyoto Satō ha sufrido gran parte de su vida. El abandono de su madre y la frialdad de su padre la han convertido en alguien fría, indiferente. Incapaz de abrir su corazón a ningún hombre. Fiel defensora de que el mundo está jodido y que el amor es...