5

24 12 5
                                    


                     

Hoy es el cumpleaños de Jessica, mi madre, la mujer que me dio a luz, me odio por aún recordarlo, la imagino rodeada de flashes, lujos, hombres, zapatos, cuadros, rodeada de todo menos de mí.

Su imagen el día que salió por la puerta de casa quedará grabada por siempre en mi memoria, ese rostro perfecto mirándome con ojos fríos, haciéndome saber que solo llevaría de la mano a sus maletas, que yo no era parte del plan, ese momento en que rompió mi pequeño corazón en miles de pedazos dándome un empujón hacia atrás que me llevó a la realidad, no me quería. Por primera vez me di cuenta que solo había sido un error en su vida, que el cariño inmenso que antes pensé recibir solo eran migajas de lo que se supone debe brindarte una madre.

Es su maldito cumpleaños número 41 y hace más de quince años que no se me ha acercado, que no ha intentado saber si aún respiro o duermo bajo tierra, no sabe que Aoki se consumió por el alcohol, que desaparecía por días, que alzaba la voz, que mi vida se volvió un infierno con 9 años, que tuve que asistir al psicológo durante dos para volver a hablar con normalidad sin tartamudear, no sabe que nunca aprendí a andar en bicicleta, que me pelée con una compañera en la escuela y tuve que limpiar el pizarrón por meses, no sabe sobre el premio a la revelación infantil del año que me gané pintando su rostro a carboncillo, no sabe sobre las noches que lloré a solas necesitando un abrazo de cualquiera que pudiese dármelo, porque al fin y al cabo era una niña y no entendía, porque los quería, a ambos, aunque me hubiesen jodido parte de la vida.

Hoy es diferente y a veces ni siquiera les guardo rencor por ser la mierda de padres que fueron, no los perdono pero no ocupo mi tiempo pensado en por qués, solo me siento enfadada cuando mi maldita forma de ser cerrada me afecta en mi día a día porque la persona fría en la que me convirtieron no se relaciona con facilidad, no expresa lo que siente y sobre todo, es totalmente incapaz de decirle a alguien que la ama, me cuesta hablar con extraños y creer que alguien pueda realmente quererme sin juzgarme, sin irse, sin traicionarme, me cuesta creer que exista esa persona, me cuestan tantas cosas y todo porque ellos, me crearon insegura.

El timbre me saca de mis pensamientos alejados, hoy es uno de esos días en los que no uso el móvil, no salgo mucho de casa, me quedo en compañía de un ramyeon caliente y una buena película de terror, pero, la sopa está fría y la película está por terminarse, prueba de que me he perdido demasiado cavilando cosas tontas.

Me pongo de pie y camino hacia la puerta. Un chico muy guapo pero con sonrisa forzada me mira y me pide que le firme su entrega, lo hago y se retira cansado.

Tomo la enorme caja entre mis manos extrañada, no he pedido nada, cierro la puerta y la pongo sobre la mesita. No malgastaré mi tiempo en deshacerme de tanta cinta así que me dirijo a mi cocina y con un cuchillo apuñalo la caja por las orillas con mal humor.
Sacudo la caja y de ella sale una nota y ¿mi chaqueta?. Es la que le presté a la novia fugitiva.

Hola a ti Kioto, me ha costado un poquito devolverte la chaqueta, tu jefa se negó unas cinco veces a darme tu número personal y ya ves, perdí, pero me dio tu dirección a regañadientes (no te enfades), y bien? Quería visitarte pero me pregunté si estaba de más  aparecerme sin invitación. Sería muy fresco no crees?

Siempre te estaré agradecida por ser tan linda conmigo, me pregunté por qué escapaste de la galería por unos minutos hasta que me tropecé al idiota de mi hermano sonriendo, imagino que se comportó pésimo contigo, te pido mil disculpas en su nombre y el mío, solo espero que el hecho de tener un hermano retrógrado no nos impida algún día ser amigas.

xxxxxxxxxxx9

este es mi número y por cierto, viene tarde pero me llamo Meredith.


La novia fugitiva tiene nombre y es precioso, Meredith, pero también tiene un hermano, uno insoportablemente metido con un par de ojos mirones que me arrancaron la piel en cuestiones de segundos, realmente la chica es agradable y me gusta, me cae bien, es transparente y me gusta la gente de su tipo, lo contrario del baboso de su hermano. Tal vez no sería una tan pésima idea ampliar mi círculo amistoso de una vez y por todas, solo no quiero involucrarme mucho en su vida, en su entorno, no quiero volver a estar rodeada de pinceles, de lienzos, de colores, me prometí a mí misma no volver a sufrir ni a permitir que me rompieran el corazón, me prometí no volver a pintar jamás si volvería a ver los ojos de alguien que me abandonó mirándome fijamente, me prometí que jamás la perdonaría por arrancarme lo que más amaba, prometí…

Una lágrima recorriéndome la mejilla me trae a la realidad, me he perdido en mis pensamientos, este día siempre me hace mal, siempre va a afectarme. Necesito tomar aire puro, esta habitación está comenzando a asfixiarme.

Registro el número de Meredith como Novia a la fuga. Le escribo un mensaje rápido.

Kioto:   La chaqueta llegó a salvo. Gracias por eso.

Me pongo mis zapatillas de deporte y salgo de casa. Necesito drenar mis pensamientos.

Me refugio en ti Donde viven las historias. Descúbrelo ahora