-¿Podemos hablar? - Trago saliva y mi cabeza se llena de flashbacks del último encuentro con él. La sensación de impotencia viéndole siendo golpeado y golpeador. Dave me observa en silencio, esperando pacientemente una respuesta por mi parte. Mis piernas se bloquean y mi voz se niega a salir.
Cojo aire tomándome mi tiempo, el tiempo necesario para que mi cabeza se tranquilice y pueda pensar razonablemente.
-¿Hoy sí quieres?
-No tiene sentido que te oculte ya las cosas... Si no quieres, no pasa nada - Miro sus manos, apretadas con fuerza al volante. Los nudillos los sigue teniendo dañados de los golpes pero están tapados por una venda envuelta en su mano.
-Te dije que esperaría a que tú quisieras...
-Ahora quiero - Se queda pausado un segundo antes de continuar - Bueno... Creo que realmente no quiero, pero lo necesito...
Lo necesito.
Siento que dice la verdad. Que necesita soltarlo al igual que yo necesito escucharlo de su boca. Necesito confiar.
-Vale... Yo quiero escucharte - Él asiente cerrando los ojos y coge aire. No me mira en unos segundos hasta que vuelve a abrirlos.
-Montate... Te tengo que enseñar unas cuantas cosas - Se echa hacia el asiento del copiloto y abre la puerta. Trago saliva agarrándola antes de montar. Miro hacia delante jugando con mis manos intentando controlar el temblor de mis piernas.
-¿Dónde vamos? - Lo miro. Él también me mira en silencio. Noto como su mandíbula se aprieta antes de apartar la mirada.
-A enseñarte mi vida fuera del trabajo - Arranca de nuevo el coche y conduce a buena velocidad. Mi pierna tiembla mientras lo observo de reojo en silencio. La vena de su cuello está hinchada, gesto producido por su mandíbula apretada. Chris va a preguntarse dónde estoy, lo más seguro es que me termine llamando. Realmente ahora no es algo que me preocupe.
-¿Qué tal has estado? - Murmuro casi susurrando, decidiendo romper el silencio extraño que se había instaurado. Me mira durante varios segundos.
-Bueno... Jodido - Muerdo mi labio inferior al escuchar su voz ronca. Trago saliva pasando mi mano por el pelo.
-¿Has ido a trabajar?
-Jack me ha dado unos días libres.
-Mejor...
-No te creas, no tanto... Da más tiempo a pensar - La conversación se muere tras esa respuesta. No quiero tirar más de la conversación y que se altere mientras conduce. Él tampoco reacciona hasta que la velocidad se reduce.
Miro las calles y mi boca se abre inconscientemente. Un escalofrío me recorre al ver el desastre de calle. Las farolas rotas y bolsas de basura tiradas por el suelo. Varias personas sentadas bebiendo cerveza y niños jugando con botellas de cristal. Centro la mirada en mis manos. Prefiero no observar lo que pasa en las calles.
-Esta es mi realidad - Levanto mi mirada y se funde con la del tatuado. Asiento leve tragando saliva - No es tan malo como parece.
-¿No? - Él niega dejando escapar una sonrisa.
-Pregunta lo que quieras...
*Narra Dave*
La observo en silencio, expectante a ver qué se le ocurre. La voy conociendo lo suficiente como pasa saber que se le están pasando por la cabeza demasiadas cosas.
Miro mis manos, aún bastante demacradas. Aprieto la mandíbula, nervioso por el silencio generado.
Conduzco hasta la puerta de mi casa y aparco. Aún sigo a la espera de la respuesta de la castaña. La vuelvo a mirar. Tiene su mirada sobre sus manos, que juegan entre ellas con bastante nerviosismo.