-Tengo miedo Brooke - Escucho un susurro por parte de mi hermano pequeño. Acaricio su pelo negando y acercándome hacia las escaleras, dejándolas a un lado.
-Tranquilo, seguro que es un compañero de Chris que viene a hacerle alguna pregunta - Murmuro intentando controlar mi pierna que tiembla un poco. Cole me mira y asiente colocando sus gafas. Sonrío leve y le doy un beso en la mejilla, intentando darle esa confianza que ahora mismo se escapa de mi cuerpo.
El silencio se hace presente hasta que unos pasos rompen esa atmósfera. Me aparto un poco más, con la mirada fija en las escaleras cuando comienzo a escuchar paso a paso, como la huella de la persona se posa sobre el escalón, dejándole poco a poco más a la vista.
Trago saliva abrazando aún más a Cole para ver a un hombre, vestido completamente de negro, colocarse a mi altura. Me observa en silencio, con una cara completamente neutra, antes de perderse por la calle. Dejo a Cole en el suelo y le indico que suba rápidamente hasta Chris.
Antes de comenzar a subir las escaleras, mis pies se mueven automáticamente al medio de la acera, para ver como el hombre se pierde entre los árboles que abundan a ambos lados de la misma un poco más allá del bloque de pisos. Recorro todo el espacio exterior, fijándome en cada una de las farolas, que dejan a la vista ya pequeñas partes de la carretera, iluminándolas con una tenue luz. No queda nadie ya en la calle y el silencio es sepulcral.
-Entra ya Brooke - Escucho la voz de mi hermano, asomado al balcón de la planta superior. Asiento mirándole y subo las escaleras rápidamente. Camino hasta él y me deja pasar. Cierra la puerta detrás de nosotros y echa la llave.
-¿Quién era? - Le susurro viendo como Cole corre a la habitación.
-Nada, era un compañero de mi jefe, que ha venido a darme algunas instrucciones del trabajo de la semana que viene.
-¿Y por qué viene a estas horas? ¿No puede esperar a mañana?
-Yo que sé, Brooke, ha venido y punto... no te agobies - Besa mi frente antes de entrar a la cocina. Escucho el grifo del agua cuando llena su vaso. Me siento en el sofá y miro el piso, abrazándome a mi misma por las rodillas. Apoyo mi cabeza en ellas y pienso en el día de hoy -¿En qué piensas?
-Tenían una pistola.
-¿Qué? - En ese momento le miro y niego levemente cogiendo aire, pensando las palabras que voy a decir.
-Van por ahí con pistolas, ¿tú también? ¿tienes una?
-No - Niega rápidamente cruzándose de brazos - No tengo una pistola, pero podría llevarla... Es probable que me den una, sí.
-¿Qué trabajo hacéis Chris? ¿Puedes hablarme de él?
-Trabajo de transportista.
-Claro que no, no me mientas - Niego suspirando - Si fuera así, no iríais por ahí con gente así, con pistola, ni vendrían tan tarde a darte instrucciones de nada... No quieras tomarme por idiota.
-Pensaba que te habían caído bien, estabas contenta.
-¿Y? Una cosa no quita la otra, no, no estaba contenta... No quiero ver a mi hermano envuelto en la mierda que se ve que les rodea... Por muy buena gente que sean... Ellos son de ese mundo... Nosotros no... No perteneces ahí.
-Brooke, nada de lo que hago, te hará estar en peligro ni a ti ni mucho menos a Cole... Son gente estupenda, los has visto, algunos han tenido infancias complicadas y otros no, otros vienen de mundos, como tú les llamas, diferentes - Él se acerca a mí y se encoje, apoyando su peso en sus rodillas. Coge mis manos y suspiro cerrando los ojos - Son buena gente y debes darles una oportunidad, no sabes lo que pierdes.
