~Día 679~

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A pesar de que se acercaban las vacaciones de verano, eso significaba que la época más miserable para cualquier estudiante también estaba al caer.

Los exámenes finales.

Hyunjin y Jisung casi no hablaban, esta vez no porque no quisieran, sino porque no podían.

Hablar durante aquellas últimas clases de la universidad antes de los exámenes finales se sentía como un delito; durante las clases solo tomaban apuntes sin parar. Después, durante la hora libre, solían poner en común sus apuntes con los de Seungmin y Felix, que tenían otros profesores en la mayoría de asignaturas.

Luego volvían directamente a casa, y las cosas no eran demasiado diferentes allí.

Hyunjin, había empezado a estudiar hacía dos semanas, y teniendo aún una más de estudio por delante, estudiaba tal vez dos o tres horas al día.

Pero, por otro lado, Jisung, que había dejado los estudios para la última semana y media, pasaba como mínimo cinco horas al día encerrado en la habitación de la casa, rodeado de apuntes y libros. Tenía unas ojeras considerables y la mayor parte del día estaba más dormido que despierto, a excepción de cuando bebía una taza de café. Con solo una semana por delante, veía los exámenes demasiado cerca para todo el trabajo que le quedaba por hacer.

Durante aquellas dos últimas semanas, solo coincidían durante dos horas que Jisung se había dejado como descanso, en las que Hyunjin ya había terminado de estudiar hacía un buen rato.

—¡Jisung~!— La voz más bonita del mundo llegó a sus oídos a través de sus auriculares.

Soltó su bolígrafo, apagó la música, y se quitó los auriculares.

—¿¿Hmmmm??

—¡Ven a cenar, se va a enfriar!

Por primera vez en toda la tarde, el cerebro de Jisung se apartó de los estudios, y le permitió notar el suculento olor que se había extendido por toda la casa y aún no había notado.

Al llegar a la sala de estar, Jisung vio cómo Hyunjin colocaba dos platos sobre la mesa y le miró con sorpresa e incredulidad.

Era comida casera.

Hyunjin no cocinaba casi nunca, sobre todo cuando estaba ocupado con los estudios.

—¿Por qué?— Jisung miró la comida con curiosidad, muy sorprendido y emocionado al mismo tiempo.

Hyunjin se encogió de hombros.

—Conseguí que me diera la receta el otro día y tenía ganas de ver si me salía bien.

Cuando probó el primer bocado, Jisung supo a qué se refería.

Era la receta de estofado que tantas veces les había dado Minho de comer, cuando a ellos les daba demasiada pereza cocinar y le suplicaban que les dejara comer con él y con Seungmin en su apartamento.

Bueno, casi lo era.

Se notaba a la legua que le faltaba algo y estaba un poco soso, pero Hyunjin se había esforzado y se notaba.

Sonrió con cariño cuando vio la sonrisa expectante de Hyunjin.

—Te quedó casi igual, me gusta mucho.

Hyunjin soltó una risita alegre y empezó a comer, haciendo que el corazón de Jisung diese un pequeño brinco.

El menor comió rápidamente y en silencio, esperando que su momento favorito del día llegase pronto.

Media hora más tarde, con todos los cubiertos lavados y todo recogido, Jisung se acercó poco a poco a Hyunjin en el sofá hasta reclamar su sitio, entre el brazo y el cuerpo del mayor.

Hacía algo de calor, pero a ninguno de los dos les importaba.

El menor echó la cabeza algo hacia atrás y contempló el perfil de Hyunjin.

Al oírle suspirar, Hyunjin le miró, haciendo que Jisung apartase inmediatamente la mirada, algo avergonzado.

Hyunjin sonrió con cariño.

Desde que se habían peleado, estaban más unidos que nunca.

Se habían dado cuenta de lo que les pasaba cuando el otro faltaba en su vida, y no querían volver a sentirlo nunca más.

No querían volver a distanciarse jamás.

—¿Qué tal vas?

—Mal...— Se lamentó Jisung.— Tenías razón, era mucho mejor estudiar con tiempo.

Hyunjin negó suavemente con la cabeza.

—Creo que he sido yo el que me he equivocado.

Jisung le miró, encontrándose con sus ojos a pocos centímetros de los suyos propios.

—Hoy miré los resúmenes que hice hace dos semanas y no me acuerdo de nada, es como si no los hubiese hecho yo.— Sonrió avergonzado.— Soy un desastre. Creo que tendré que volver a estudiarlo todo y acabaré tan apurado como tú.

Jisung rió y le acarició un hombro al mayor, dejando claro que no se reía con maldad.

—Minho me insistió tanto en que tenía que cuidarme y no estudiar todo de golpe que hasta lo acabé intentando, pero creo que yo así no funciono, estoy en una crisis, no me va a dar tiempo a estudiar lo que tengo que estudiar más todo lo que se me ha olvidado.

Paró de hablar cuando el menor solo le contestó con un "hm", y se percató de que su cabeza, ahora apoyada en su hombro, pesaba más que antes.

Le rodeó más firmemente con su brazo, acercándole más hacia él, y le dejó descansar.

Algo más de una hora después, se dio cuenta de la situación en la que se encontraba.

Jisung dormía plácidamente entre sus brazos, era lo más lindo que había visto nunca, y tenía que decidir si despertarle para que siguiera estudiando como él había planeado hacer, o dejar que durmiese más de cuatro horas diarias por primera vez en casi dos semanas.

Tuvo que tragarse su egoísmo y las ganas de que Jisung se quedase ahí con él para hacer lo que decidió hacer.

—Jisung...— Le acarició suavemente la cabeza.

—¿Sí?— Trató de despertarse lo más rápido posible.

—Son las once y media.— Le habló suavemente, casi en un susurro.— Te desperté por si acaso quieres estudiar un rato.

El menor hizo un amago de levantarse, decidido a estudiar; pero esa vez fue él el que se percató de la situación en la que estaba.

Tenía sueño, Hyunjin le abrazaba con cariño con ambos brazos, estaba muy a gusto, y si se iba a su habitación a estudiar, Hyunjin no estaría con él.

Sin siquiera forzarse a pensarlo mucho, Jisung volvió a echarse hacia atrás y a acurrucase entre los brazos de Hyunjin.

—¿No vas?

—No.— Confirmó Jisung.— Dormir un poco un día no me va a hacer daño.— Acomodó su cabeza en el hombro de Hyunjin.

—Hm.— Le miró unos segundos una vez que volvió a cerrar los ojos.— Oye, ¿no quieres irte a la cama? Estarás más cómodo.

Jisung negó con la cabeza.

—No estaría más cómodo que aquí.— Estiró uno de sus brazos y rodeó la cintura del mayor con él.

Hyunjin sintió un ligero calor subir por su cuello hasta sus mejillas, y sonrió amorosamente.

Apoyó su cabeza suavemente en la de Jisung, con mucho cuidado de no molestarle ni lo más mínimo.

—Buenas noches.— Susurró.

Jisung mostró una sonrisa boba contra el hombro del menor, con las orejas enrojecidas por su pequeño atrevimiento.

Querido diario: Odio a Han Jisung [HyunSung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora