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Seungmin se quedó viendo a Felix, para posteriormente soltar un suspiro. No iba a usar violencia física, pero podía defenderse verbalmente.

ㅡ¿Y a ti qué te parece? ¿No has oído que pedí permiso? ㅡno iba a dejar que aquel idiota lo intimidara.

Changbin pareció molestarse con eso, a juzgar por la furia que emanaba su rostro y su modo de acercarse a Seungmin.

ㅡMira, ñoño imbécil, que aquí no están Hyunjin ni las estúpidas esas para defenderte, así que mejor cuida cómo nos hablas ㅡestalló, por poco tomándolo de la camiseta.

Seungmin se molestó aún más de lo que ellos podrían estarlo. No le gustaba cuando insultaban a quienes ahora consideraba amigos. Porque lo eran, eran sus amigos y no dudaría en defenderlos.

ㅡ¡No hables así de personas que valen más que tú! ¿Qué me vas a hacer, uh? ¿Vas a pegarme? ㅡlo miró expectante.

ㅡ¡ERES TAN...! ㅡSeo levantó su puño.

ㅡContrólate, idiota ㅡFelix lo apartóㅡ. Recuerda el video, ¿a caso quieres que nos echen a todos de la escuela por tu culpa? ¿Quieres que tus papis tengan otra razón más para molestarse contigo, uh?

El contrario lo miró, pero no tuvo con qué reprochar, así que quitó la mano bruscamente.

ㅡNi siquiera estamos en la escuela ㅡse cruzó de brazos.

ㅡPero el video lo tienen igual, no importa si hacemos algo dentro o fuera de la escuela ㅡFelix dirigió su mirada nuevamente a Seungminㅡ. Si quieres pasar, ve por la calle. No puedes obligarnos a movernos, ¿o sí?

Seungmin inhaló y exhaló, tratando de mantener la calma. ¿Tenían que ser tan infantiles? Los miró por última vez y los rodeó por la calle. No tenía sentido discutir con ellos, no iba a seguirles el juego. Tan sólo eran personas tontas a las cuales no debía darle importancia.

ㅡQué forma de hacerme perder el tiempo ㅡmurmuró, cuando ya no podían escucharloㅡ. Como si me molestara pasar por la calle.

Aquello sólo demostraba lo inmaduros que eran, así que Seungmin sabía que no tenía por qué temerles o preocuparse. Eran niños a penas entrados a la pubertad que no tenían nada mejor que hacer que molestar a los demás. A decir verdad, daban lástima.

Cuando llegó a la casa de Hyunjin, involuntariamente se acomodó el cabello y luego tocó la puerta.

Desde adentro se oyeron voces, parecía ser la de Jisung, protestando.

ㅡNi siquiera es mi casa y tengo que abrir la puerta, ¡eres un tramposo, Hwang! ㅡse oyó protestar antes de que se abriera la puerta.

ㅡ¡Si no es tu casa no vengas a comerte toda la nevera! ㅡde lejos, el grito de Hyunjin.

ㅡ¡Seungmin! ㅡexclamó Jisung al verlo, luego sonrió pícaramenteㅡ. Shhh, entra sin hacer ruido.

ㅡ¿Por qué? ㅡpreguntó el menor, pasando a la casa, confundido.

ㅡ¿No quieres darle una sorpresa a tu novio? ¡Tengo una idea! ㅡlo tomó del brazo y lo llevó hasta el centro de la sala.

Miró a su alrededor y sus ojos se posaron en una puerta que ya conocía; allí se encontraban cosas de todo tipo guardadas, aunque casi nunca la abrían. Pero sabía eso porque, de niños con Hyunjin, al jugar a las escondidas usaban ese cuarto para ocultarse.

Se fijó si tenía traba y afortunadamente no, así que al abrir la puerta divisó el pequeño espacio y encontró de inmediato una caja bastante grande.

ㅡ¿Qué haces? ㅡpreguntó el otro niño, acercándose a ver.

ㅡQué oportuno ㅡmencionó el mayor al ver la caja. Sonrió y la tomó, para luego cerrar el cuarto y dejar la caja cerca de la puerta principalㅡ. Métete en la caja.

The Rare Kid || HyunminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora