Capítulo 1

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El clima era árido, el cielo se pintaba de un grisáceo azulado, no dejando ver con claridad los rayos de luz del pleno día.

Había un gran campo abierto, en este se separaban con una vallas de madera el área de pelea y el espacio de los espectadores. Solo se escuchaban los gritos de las personas puestas en pie, alentando y observando el gran espectáculo de enfrentamiento de espadas que se daba en el pueblo, un encuentro amistoso donde cualquiera podría demostrar sus habilidades como espadachín.

—¡Tenemos la derrota de Vergent, el participante número siete y la victoria de Wallace! Qué está presente para retar a su próximo contrincante!Recordemos que Wallace hasta ahora rompe su propio récord de luchas ganadas! ¿Podrá mantenerlo hasta el final de la tarde y será declarado ganador?

Todos los presentes gritaban eufóricos esperando al próximo contrincante.
Los participantes próximos se encontraban agrupados en un espacio al lado de la gente, con un techo de madera labrada sin paredes y en su costado un baúl lleno de armaduras y armas para el combate.

Se podía ver que cada uno traía un pedazo de tela con un número en el brazo de la armadura.

—¿Seguro que es una buena idea? —preguntó algo dudoso al ver a su contrario colocarse una armadura de hierro plateado.

—Claro que sí, ya lo he hecho antes —respondió relajado, agarrando en sus manos un casco oxidado por el uso.

—¿Lo hiciste antes? ¿Cuándo? —volvió a preguntar a su respuesta algo alterado.

—Ya sabes, siempre hay este tipo de eventos en pueblos cada tanto, tengo que aprovechar las oportunidades ¿no?

—¿Qué pasaría si tú padre se entera de esto? —Lanzó un suspiro.

—Ehh, de seguro me esperaría un mes entero, yo y las armas en un oscuro cuarto de limpieza. Pero no te preocupes por eso, nadie se dará cuánta con esta armadura.

—No entiendo cómo estás tan loco cómo para hacer algo así.

—Me conoces Tails, me encanta este tipo de combates, además tengo que practicar si algún día me nombran caballero. —Agarró el casco con firmeza y se lo colocó en la cabeza, cubriendo sus púas azuladas.

—¡Haga su ingreso al próximo participante número ocho... Ehh, ¿Shnell? ¡Al centro para el combate! —gritó el presentador señalando una entrada de la valla dónde se encontraban los dos presentes.

—¿Shnell? —rio al escuchar el apellido.

—¡Tenía que pensar en un apellido convincente! Ahora deseame suerte.

El erizo azulado agarró la espada desenvainada y salió del pequeño espacio hacia la arena, todos los presentes hacían sus apuestas entre ambos contrincantes.

—¿A quién va esta apuesta? —preguntó un joven conejo recibiendo el dinero de otro.

—Por supuesto a Wallace, ¿Quién conoce al otro? —Lanzó una risa burlona.

—Está claro que Wallace lo hará trizas en este combate.

—Eso ya se va a ver. —El zorro se cruzó de brazos esperando ver el espectáculo que iba a causar el erizo.

El caballero favorito estiró sus brazos mirando con superioridad al azúl, teniendo confianza en si mismo que ganaría está pelea.

El erizo entró en el centro, con la espada en manos, podía ver a su contrincante a través de la pequeña entrada del casco de metal.

—¡Si ambos contrincantes están listos, qué comience el combate!

Al terminar esta oración, Wallace corrió con una velocidad impresionante hacia el erizo, pareciendo un blanco fácil para vencer.

A pesar de la guerra | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora