Capítulo 30

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—Dios, esto es imperdonable. —Se agarró la cabeza, empezó a mover su otra mano de adelante para fuera dándose aire simulando un abanico—. Anish ¿Cómo dejaste que algo así pasará?

El rey se acercó y dio una mirada desinteresada al escuchar a su cuñada regañarlo con desesperación.

—Elen, controla tus nervios, ya lo mandaron a las celdas, debe ser lo suficiente para retenerlo un tiempo, ya veremos que podemos hacer con él. —Se acomodó la gruesa capa de terciopelo.

Amy tenía la mirada perdida, se sentó en una butaca del pasillo, trataba de hacer el mínimo movimiento y estuvo atenta escuchando brevemente la conversación de su padre y Elen.

Traía miles de preguntas respecto al azulado, pero se negaba en seguir escuchando sobre él, necesitaba escucharlo de la misma boca de Sonic. ¿Por qué lo haría? Lo menos que podia esperar de él era que sea un escudero de Henry. Hablar con él era lo único que podía pensar, aunque alguna parte de ella sabía que tenía sus razones, tenía esperanza que todo lo que habían pasado era real y no una fantasía o engaño.

—Amelia, está decidido, irás a Solis. —Se aproximo Elen hasta ella en la butaca.

Ella giró incrédula su mirada a ambos puestos en pie en el medio del pasillo con los brazos cruzados.

—¡Ni siquiera he aceptado casarme! —Se puso de pie reclamando.

—Puesto a las circunstancias, es mejor que estes en Solis, estarás segura, además que podrás familiarizarte y conocer a tu nuevo marido.

—¡No pienso ir! — Se sentó en la butaca cruzándose de brazos con el ceño fruncido—. No quiero huir de esta situación, sé que debe de haber otra manera.

Elen giró los ojos y caminó hasta la eriza de una manera exasperada.

—Déjate de niñerias, ya eres casi una adulta que puede entender esta situación.

—¡Si la respuesta es huir! estoy segura qué yo...

—¡Amelia vas a hacer lo que nosotros decidamos que es mejor para Arthur! —la interrumpió el rey antes de que terminara su última oración—. Ve a tu habitación y alista tus cosas para el viaje.

Amy estaba apunto de darse media vuelta e irse, sin embargo el caballero camaleón corrió con velocidad hasta el rey.

—Majestad, hemos encerrado al espia dentro de la celda pequeña, hasta que la grande este lista.

La eriza al escuchar sobre Sonic paró en seco y escuchó atentamente al reporte del camaleón.

—Gracias Espio ¿Está con "ese" prisionero? —preguntó discretamente.

—Sí, quizá estar con los suyos lo ayude recapacitar lo que les pasa a la gente como él.

¿Los suyos? ¿El prisionero viene de Henry? Se preguntó a si misma Amy. Giró para avanzar un poco más y escuchar mejor.

Pero Elen la vio observar curiosamente, hizo un gesto con unos ojos saltones y señalando con los mismos el final del pasillo para que siga su camino, la misma mirada parecía reflejar amenaza.

Amy miró una última vez a Espio y a su padre y caminó lentamente hasta el final del pasillo, no evitando escuchar su conversación. Se escondió en la pared para evitar ser vista por Elen.

—De acuerdo, encierrenlo lo más antes posible en la celda grande —ordenó severamente.

Espio hizo una reverencia y se dio la vuelta gritando órdenes a los caballeros puestos en pie al final del pasillo.

A pesar de la guerra | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora