Capítulo 39

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Llevaban cabalgando un tiempo sobre los corceles cruzando lo verde y gigante de la arboleda, la luz del sol aún caía en las copas, con menos intensidad conforme pasaba el tiempo, por supuesto, por lo que las luciérnagas aún no se hacían visibles. La majestad de Henry estaba situada en un carruaje jalado por dos caballos, adelante los tres caballeros que la acompañaban.

Por los asuntos de la Reina, tendrían solo su estadía hasta el almuerzo dónde presentarían a los novios, no podrían estar presentes en su matrimonio, esto hacía algo de tranquilidad en el erizo, así su corazón no dolería tanto al verla irse.

En su camino hacía Arthur, recuerdos lo azotaban con fuerza, recordando en el largo trayecto las amistades hechas, lanzando pequeñas carcajadas al recordar los momentos jocosos y divertidos junto a ellos. Deseaba volver a hablar con ellos y preguntarles cómo habían estado entre ese tiempo.

Finalmente llegaron al punto central, recorrió la plaza dónde realizó su primera batalla clandestina en Arthur. Fue un día maravilloso, en ese entonces no le agradaba mucho la idea de pasar tiempo con la heredera de Arthur, pero ahora daría todo para solo verla.

Cabalgaron con menos velocidad por el mercado hasta llegar al Castillo. Las decoraciones estaban por todos lados, listones y banderines color blanco y rojo adornaban las paredes dentro en el patio de armas, dónde a su vez habían varios nobles llegando y bajando de sus decorados carruajes, saludandose entre ellos entrando por la puerta principal. Escoltaron a la Reina de Henry por el pórtico, Sonic siguió a sus amigos por el mismo sendero que le traía tantos recuerdos de su estadía ahí.

Sintió de repente en la nuca un pequeño golpe producido por una pequeña piedra, sostuvo con su mano el área golpeada girando la mirada en la dirección dónde había sido lanzada, de pie vio a los cinco caballeros en grupo viniendo hacia él.

—¡Que escurridizo que eres! Vienes a Arthur y no nos avisas de tu visita —rió el rojizo.

—Parece que se olvidó por completo de nosotros, Archie. —Se cruzó de brazos entre risas.

—¡Chicos! Que alegría verlos de nuevo. —Corrió hasta abrazarlos a todos.

—No sabíamos que ibas a venir.

—Creímos que estabas gozando de tu nueva vida en Henry.

—¡Te ves muccho mejor! Parece que tu pierna ha terminado de sanar —notó Argi.

—Claro que no, los extrañe a todos. —Se soltó del abrazo—, ¿Esto? —Señaló su pierna—. No fue nada grave, ya saben que me recupero en un instante.

—Supongo que si estás aquí sabes de... —hizo un silencio viendo hacía adentro del castillo.

Sonic se quedó callado mirando hacia el suelo con una mirada perdida y triste.

—Ve por ella Sonic, aún no es demasiado tarde —animó Cray sosteniéndolo del hombro.

—¿Cómo podría hacer... eso? —levantó la vista hacía ellos.

—Aún no se casan, si es que se ven, al menos despídete de ella de una manera formal.

—Yo la quiero mucho cómo para despedirme para siempre —musitó algo avergonzado.

—Tal vez no sea para siempre. Todo tipo de cosas pueden llegar a pasar. —El blanco intercambió miradas con los presentes.

—Tenemos que irnos, suerte y pásala bien en tu visita a Arthur —deseó el zorro marrón.

—Hasta luego, fue un gusto volverlos a ver, sanos y salvos —se despidió el erizo del grupo.

—Igualmente amigo —respondió.

A pesar de la guerra | SonamyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora