capítulo 8

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2 de septiembre
Hora: 1:14 am

Han pasado dos largas semanas después de la muerte de Raúl, estoy aquí sentada en la cama sin poder dormir  con un montón de preguntas en  mi cabeza, he estado con mucha ansiedad, cosa que no ayuda con lo poco que  duermo.

Estos últimos días he estado buscando información del dueño del casino, pero nadie sabe nada, según nunca lo han visto y al único que conocen como jefe es el idiota de keran,  idiota que ni he visto más, no se donde buscar repuesta, sigo viviendo con Mariana; Creo que eso está bien para mi salud mental.

Me levanto y salgo de la habitación, no puedo dormir así  que voy a salir, necesito buscar algo o buscar alguien.

Decido hacer silencio, no quiero despertar a Mariana, al salir al pasillo me debato por usar las escaleras o el ascensor ya que son cuatro pisos por bajar, todo está en un completo silencio, la única loca que sale un sábado en la madrugada soy yo.

Decido entrar al ascensor, me ganó la flojera de caminar, me veo através del  espejo mis ojeras: son fatales, mi cabello se encuentra más largo, traigo puesto un pantalón marrón, una camisa negra, enzima de ella un abrigo del mismo color, calzo una zapatillas  negras, no se que  estilo es este, pero que les digo, no tengo ninguno, soy un desastre.

Al salir del edificio tomó un taxi y me demoró un par de minutos para llegar donde me disponía.

Doy uno, dos y tres golpes a la puerta, cuando por fin me abren, se que me reconoce pero finge no hacerlo.

- ¿trae algún pase?-pregunta Richard  "si estoy de nuevo en el infierno".

-No tengo, sólo quiero hablar con keran.

-No está -dice fumandose un cigarro.

-Sólo necesito hablar con el - repito

-No está, ya te dije eres sorda.

-Ya entendí gracias, eres tan amable -le digo con sascarmo

-Claro -meciona  cerrandome la puerta en mi cara, suspiro y siento que ponen una mano en mi hombro y grito, escucho una risa detras de mi y me giró.

-No fue mi intención - dice muerto de la risa.

- Demonios casi me matas.

-Lo se, es gracioso ver tu cara, que haces aquí - dice sacando un porro de marihuana y encendiendolo, le da un par de calada y  me ofrece y yo niego.

-Sólo venía a hablar con keran.

-Si, eso  te oí decir, pero el no está - dice y se sienta sobre la cera.

-¿Eres Isaac, no?- pregunto; su cabello rojo es extraordinario, imposible de olvidar.

-Si - dice simple y fumando

Yo  hago lo mismo y pongo mi lindo trasero en esa fría cera .

-Y tú eres su nueva chica- pregunta mirando al frente.

-¡Que! no, sólo somos un par de conocidos - digo poniendo mis manos en mi rodilla.

-Ya veo, aunque es raro que  te allá tenido vigilada estas dos semanas para ser sólo una conocida- dice y tira lo que le queda de cigarrillo de la marihuana.

-¡Que!.

-Si

-Entonces no estaba loca, si me estaban siguiendo- lo digo en voz baja algo sorprendía y sin entender mucho.

-Eso te acabo de decir, pero eres una chica muy aburrida, sólo salíste cuatro  veces en las dos semanas.

-Entonces tu me estabas siguiendo- pregunto.

El juego de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora