Capitulo 38

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Mely

Hace cuánto llevas ahí— menciono  llegando a su lado — quieres quedarte sin pulmones — digo señalando las colillas de  cigarro en el piso.

— Lo suficiente para verte dormir.

— Eso es de acosador— menciono  y el sonríe.

— Mejor dame un beso — menciona haciendome  reír, algo que amaba de Jey era la facilidad en la que el me podía sacar una sonrisa.

—Harías galaxias cada vez que sonríe — menciono y su sonrisa crece.

— Me estás coqueteando, mi chamita.

— Tu me estás pidiendo un beso — El se carcajea por mi comentario.

— Es que me gustaría besarla mucho, y Así experimentas 3 sabores distintos el mío, el del cigarro y el del café— menciona  con una sonrisa, sin pensarlo mucho y con la necesidad  de sentirlo, lo beso.

—Tuya — susurro entre su boca, soy  de el desde aquella noche, y que  esos ojos me miraron....

El beso, fue lleno de ternura, como si el tuviera miedo de quebrarme, eran suaves con pequeñas succiones, y no mentia, el sabor de su boca era otro mundo, no sabía el porque pero la combinación de esos sabores hacían un choque de emociones en mi interior, y por primera vez sentí miedo, de estar  enamorarme de Jey ...

Dicen que el amor es bueno y lo más bonito de la vida, pero para mi amar alguien era como una carrera, puede empezar con velocidad y con el corazón que se te va a salir de la emoción, pero a medidas que vas dando vueltas por la pista  vas bajando la intensidad, más cuando estás corriendo esa carrera solo y no tienes ese público que te grita vamos tu puedes, y al final te rindes, porque  el cansancio no te deja s llegar a la menta.

Podía sentir la suavidad de la caricias de Jey en mi cintura, ninguno necesito decir  nada más, me guío a la cama donde nos acostamos, su brazo rodeo mi cintura atrayendome hacia el.. 

— Lo siento— dice al cabo de unos minutos de silencio dónde solo sentía su pequeña caricia— siento a verte dejado sola después de la carrera, no estaba molesto contigo, estaba molesto conmigo mismo, lamento lo de Hilari, ella ya no me importa, no voy a negar que en su momento fue alguien especial, pero horita solo hay un cariño, lo siento por gritarle a Keran lo que hicimos— se queda en silencio como procesando lo que iba a continuar por mi jdecir, nuestra respiración era lo único que se escuchaba en la pequeña habitación— Es que eres mía, no quiero verte sonreírle  alguien que no sea yo, me gustas y no solo quiero ser ese amigo que de vez en cuando follan , porque ese no soy yo, me gusta cuando arrugas la nariz cuando estas pensando, me gusta cuando  sin decir nada se que estás molesta, me gusta como odias el melón, cuando yo lo amo y aún así intentaste comerlo, me gusta que aunque sea la circunstancia me sacas una sonrisa...

— Jey

—Mely

— Si — contesto

— Te quiero— dice y yo me quedo sin respiración, dos simples palabras, pero con un gran significado que muy pocos le dan la importancia que se merece

— También te quiero Jey  — Digo y aunque no lo puedo ver se que está sonriendo, una lágrima sale de mis ojos, porque después de tanto tiempo siento que tengo sentimientos pero tengo miedo de querer tanto, que al final termine rompiéndome una vez más.

—Qué copiona — dice

—Si soy, pero según tú hace unos segundos me quieres — escucho una carcajada de su parte.

— y mucho— dice y besa mi cabeza— Vamos a dormir Mely—   pega su cuerpo más al mío y por primera vez después de tantos años sentí mi cuerpo relajarse y estar segura.

El juego de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora