Capitulo 33

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Mi corazón late tan fuerte que podría sentir que se me iba a salir de la emoción, siento los brazos de Jey sujetar mi cintura dando un fuerte abrazo, al parecer había ganado mucho dinero en la carrera.

—Lamento interrumpir— dice el chico que estuvo dándonos golpes en la moto mientras estábamos en la carrera.

— ¿Que quieres Paco?— la molestia en el tono de voz en qué pregunto Jey fue tan evidente.

— Nada, solo vengo a felicitarte por la carrera— sentía la tensión en el ambiente— creo que papi Juancho no te lo ha dicho verdad?

— ¿Que tiene que decirme Juancho?— yo estaba sin entender como estos dos, contestaban una pregunta, con otra, pero la cara de molestia de Jey me daba entender que no le agradaba la presencia del tal Paco.

— ¿Todo bien ?— pregunta Juancho— hermano que buena carrera — dice chocando su mano con Jey— porque tienes cara de funeral— y la carcajada que soltó el tal Paco, hizo que toda  la atención la tuviera el.

— Papi Juancho, le estaba explicando aquí a mi amigo Jeyson, porque he vuelto a las carreras— era más que obvio que el no estaba explicando eso, el estaba insinuando algo que Jey no sabía, el solo hecho que llamo a Jey por su nombre lo decía.

— Algo que tengo que saber Juancho.

— Hermano, espero que no te lo tomes tan mal pero — juancho se queda callado como buscando la palabra adecuada.

— Joder, habla de una puta vez— le grita Jey pasando su mano por su cara,  la risa de Paco era una total burla, se estaba disfrutando de esto.

— Te dije que teníamos problemas con el negocio, unos compradores quedaron mal con la paga, y  Paco pago eso, por nosotros, con la única opción que lo dejáramos participar en las carreras como antes y el dinero lo cancelaremos en tres partes.

— Que me has dicho— veo como Jey agarra por la chaqueta a Juancho— que mierda has hecho.

— Era eso o nos matarán por no cancelar a tiempo, por eso te quería aquí, si ganas las carreras será más rápido pagar la deuda y ya.

— Vamos a tener el idiota de Brian metido aquí todas las malditas carreras.

— Sigo aquí — dice Paco con burla.

— Eso no es todo verdad?— pregunta Jey

— No, Hilari ya no quiere el 20% como habías acordado al principio del negocio, ahora quiere el 50% .

— Esto es una broma— dice Jey bastante cabreado y Juancho se safa de su agarré.

— No vengas a echarme la culpa a mi, cuando aquí el único que se perdió por días fuiste tú, haciendo no se que, por estar metido en las faldas de una mujer— eso me hizo sentir mal y veo como Jey empieza a caminar lejos de Juancho.

— Jey, espera, joder Jey — grito y este se detiene— a dónde vas.

— Quiero estar solo, ire a fumar un puto cigarro — dice caminando

— Me vas a dejar aquí, no conozco a esta gente, eres un idiota— grito y el sigue caminando— mierda.

Camino hasta sentarme en  el capo de un coche  las carreras seguían,  el arhocol y las drogas se veían pasar, los gritos de la gente era aún más fuerte que la música que salía de los coches, me sentía estupida a ver aceptado venir, Jey tiene más de media hora que se fue a fumar y aún no aparece, no sé cómo regresar a casa y ni tengo casa, no quiero llamar a Alex y  Mariana  no contesta y le he dejado unos cuantos mensajes, ya frustrada me acuesto en encima del capo y cierro los ojos para relajarme y no llorar, cuando siento la
Presencia de una persona a mi lado que de una reconocí.

El juego de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora