Capitulo 44

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Sujetaba fuertemente la cadena en mis manos, el sudor y el miedo se apoderaron en aquella habitación,  la mirada penetrante de aquel hombre que era igual a un enfermero me ponía en alerta, el hecho que me hubiera llamado fiera como un apodo que para el fuera común, ninguno de los dos decía una sola palabra,  yo estaba sobre mi cama con las rodillas recogidas a mi pecho, tenía muchas preguntas en mi cabeza y una de ellas era porque me sonreía como un idiota, al cabo de unos minutos la puerta vuelve abrirse, de nuevo es la enfermera y el otro hombre  que habían ido con ella por un sedante..

— Por favor no me seden— imploro— es mía, ella me la robó — digo señalando a la enfermera— los dos hombres  me observan detalladamente y uno le hace señal que me sustenga.

— Es por tu bien — dice la maldita enfermera— el golpe en la cabeza no solo te dejo lagunas mentales si no alucinaciones inrreales — menciona ella con una sonrisa, unos de los hombres me suejata fuerte para que ella pueda  inyectarme,  pero cuando lo va hacer el otro le ha disparado a la enfermera.

— ¡Que demonios ¡— menciona, el que me sujetadaba.

— Estaba cansado de actuar, pensé que la ibas a matar cuando saliste con ella— mencina como si el cadáver desangrandose en el suelo fuera lo menos importante, saca un cigarro de su bolsillos y lo enciende llev 00a la boca— a veces Jey es mejor hacer las cosas sin mucho protocolo — dice encogíendose de hombros y el recién nombrado Jey solo rueda los ojos.

— Pero que te costaba esperar 5 segundos — se queja este.

— Quiénes son ?— pregunto y los dos me observan, la  risa del hombre que aún no se cómo se llama se agranda— que es tan gracioso.

— Levantate, vamos a fuera— responde este

— Por Dios Keran, solo no puedes decir que vamos ayudarla a salir de este lugar, no ves que no recuerda nada.

— No se me olvida cabron, pero no estamos para esplicarle a Mely lo que esta pasando, así que levanta tu lindo trasero y sácalo de la cama que nos  vamos— dice señalandome.

— Dónde vamos, saben quién soy yo?.

— Si enana, te conocemos, somos tus amigos y debemos salir antes que la alarma suene.

Sin más por decir salgo de la cama, con mis pies descalzo, tocando el frío del piso, ya fuera de solitario pasillos empezamos a caminar.

— Debemos ir  estacionamiento  — escucho decir a tal Jey que cada ves que me mira lo hace con ternura— ya debería estar hay Mariana con Alex— el hecho de mencionar a dos personas que si conozco me siento un poco más segura, pero no entendia si había oído bien Alex ?, Alex estaba una presión.

— Detengase — nos grita un guardia de seguridad, y los tres empezamos a correr, la alarma empezó a sonar y más guardias y enfermeros empezaban a seguirnos, cruzando unas cuantos pasillos y pasando unas dobles puertas,  nos encontramos con el médico que me había atendido cuando había despertado,  se encontraba apuntandonos con un  arma, al igual que los hombres a su al rededor.

— Vean nada más, Keran, tiempo sin verte.— menciona entonó de burla, pero Keran que también al igual que Jey habían  sacado su arma lo estaban apuntando sin ningún miedo y sin importar que ellos fueran más personas que nosotros.

— Quisiera decir lo mismo Angel, pero mi hipocresía no llega a tanto niveles.

— Pero, saltarte las reglas y traicionar,[ moderle la mano al que te dió de comer, si llega a tu nivel ?.

— Que pregunta es esa, quien más que tú para saber que no sigo reglas.— dice con burla aún manteniendo la mano firme en el arma— Dime maldita batería de mierda, no recuerdas como con tus supuestamente terapias iban ayudar mi comportamiento de agresividad y diciplina, claro para poder tener el maldito control en nosotros.

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⏰ Última actualización: Oct 14, 2023 ⏰

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El juego de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora