El juego de la muerte

Capitulo 39

Este capítulo va a estar narrado por Juancho desde que salió del apartamento de Mariana..

Juancho:

—¿Vienes a la carrera?— decido preguntar, Mariana había decidido acompañarme a la puerta y sinceramente no habia nada en ella que no la hiciera verse bella, y esa manía de andar descalza por la casa solo me parecía adorable..

— Tal vez — dice con una sonrisa y yo le doy un beso rapidito antes de cerrar la puerta.

No sabría explicar lo que estaba pasando con Mariana, solo la había visto un par de veces y bueno lo que pasó así sin previo aviso fue algo inesperado, solo espero no arruinar nada, ya que viniendo de mi, siempre termino por arruinar las cosas.

Subo a la moto,  tomando  rumbo a saldar deudas, siempre he apreciado a Jey creo que no solo es mi amigo, si no mi hermano, pero me jode tener que resolver todo yo, también lo entiendo el muy cabron si darse cuenta se ha enamorado,  es bueno, no creo que Mely sea igual que La bruja de Hilary, solo siento que la pobre chica arrastra un pasado oscuro y sin querer va arrastrando a Jey con ella..

El trayecto fue rápido y desde que llegué pude visualizar a Paco con uno tíos fumando, detengo mi moto y muy cabron camina hacia a mi, ha Paco lo conocemos desde que empezamos el asunto de las carreras, el era dueño de las calles en ese entonces y estaba metido en cosas ilegales y muy peligrosos, pero como todos es un ambicioso que por el poder a ganar más, termino apostando lo que tenía, a cambio de que Jey corriera para el, pero esa noche mi amigo se lució y ganó las carreras, así terminamos manejando las  calles y las carreras, mientras que Paco fue retirado de las apuestas y de nuestro territorio, pero el hijo de putas llegó en un momento donde necesita la pasta de dinero....

—Vienes a pagarme papi Juancho — si así era Paco la persona más insoportable del mundo

— Ten, es la primera parte que acordamos, ahora en la noche te doy la segunda parte— le menciono y veo que saca un cigarro de su chaqueta

— Que tal y hacemos las cosas interesantes está noche — ahí estaba de nuevo la ambición al juego — o te da miedo.

— A ver Paco, tu no tienes nada horita que nos interesa o si?

— Si gano está noche la carrera, la moto de Jey es mía, y si ustedes ganas la deuda es cancelada.

— Es decir que te retiras de nuestras
zona .

— No, pero no me deberán nada piénsalo.— menciona guardando el dinero en su chaqueta, el muy cabron me puso a pensar....

De vuelta a mi viejo departamento, amo la soledad mi espacio, tener solo la compañía de mi Roma, es mi perrita y sinceramente es la compañía más sincera que puedo tener, no conozco a mi padre y por un tiempo viví con mi madre, pero hace unos cuantos años volvió a rehacer su vida.

Abrir la puerta y encontrar a Jey durmiendo en mi mueble con Roma a su lado, era algo muy común.

— Por fin llegas — escucho decir a Jey.

— Estuve resolviendo algunas cosas.

— Vale, Hilary me llamo, que la mercancía había llegado, que hay que retirarla en la noche.

— Hablando de eso, Paco me propuso, algo— le menciono, le hago un resumen rápido de lo que había hablado con Paco.

— Juancho, me parece genial, así no tendríamos que saldar eso.

— También pensé lo mismo, el que tenga miedo de morir que no nazca— digo y ello  muerto de la risa.

— Entonces tu llevas mi moto y me esperas, yo iré por las chicas y cuando esté en la carrera tu buscas la mercancía con Hilary y así  resolvemos todo está noche.