Capítulo 5 (Página 32)

137 14 0
                                    

Nuevo día nuevas aventuras. ¿Hoy el señor Phillips me castigara? No lo sabremos hasta llegar a clase.

Me prepare y desayune. Al salir por la puerta de casa me encontré a Anne, con el pelo cortado.

- ¿Qué-?

- ¿Es tan horrible como parece?

- Que va - dije yo, sin poder quitar mi mueca de sorpresa.

- ¿Qué pasa? - pregunto Theo asomándose por encima de mi hombro - Ay Dios ¿qué te ha pasado? - yo le di un codazo.

- Lo sabía estoy horrenda.

- No, no. Simplemente es algo... distinto. Pero no te queda mal - lo arreglo él.

- Tranquila - la rodee los hombros con el brazo y empezamos a caminar hacia la escuela.

Durante todo el camino ella me conto todo lo que sucedió con su pelo.

- Lo siento mucho Diana, pero esta tarde no podré asistir a la fiesta que dan tus padres. No con este pelo.

- Seguro que no es tan horrible - le dijo Diana.

- Soy una monstruosidad chicas, más os vale olvidaros de mí. No quiero que caiga tal humillación sobre vosotras - dramatizo.

- Venga quítate el gorro.

- Hice una promesa, no abandonarte nunca - la pelinegra se desato el lazo que llevaba en su media coleta y se lo puso a Anne alrededor de la cabeza.

- Además solo es pelo, te crecerá pronto - añadí yo.

- No lo bastante pronto.

- Tranquila, no creo que se fijen todos en ti - le dijo la pelinegra muy convencida - Cassie, tienes una sorpresa esperándote dentro - me sonrió.

Yo la mire confusa y ella me animo a entrar, cosa que yo hice. Al adentrarme en el aula vi que los chicos estaban en grupo, cuando me vieron se separaron, mostrando quien se encontraba en el medio.

- ¡Gilbert! - grite emocionada.

Instantáneamente fui corriendo hacia él y le abracé fuertemente.

- Te he echado de menos - susurre en su pecho, pero no me oyó.

Al separarnos sus brazos rodeaban mi cintura y los míos su cuello, estábamos a poca distancia el uno del otro. Muy poca distancia. Mantuvimos el contacto visual unos segundos hasta que vi como él bajaba la mirada a mis labios y yo, por inercia, hice lo mismo.

Quería besarlo. Deseaba besarlo. Así que sin más junte nuestros labios. Al principio fue un beso desesperado por parte de los dos. En el fondo llevaba mucho tiempo esperándolo. Pero después se volvió tierno y algo menos acelerado. Nuestras bocas encajaban perfectamente, como dos piezas de un puzle.

Oí como algunos se reían por lo bajo y como otros aplaudían. No tenía duda de que quien inicio el aplauso fue Ruby.

Cuando nos separamos nos volvimos a mirar a los ojos y sonreímos.

Épocas adelantada 2 [Anne with an e]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora