Yo no pude evitar reírme un poco, aunque por supuesto no en alto.
- Rollings – le llamo la atención Josephine por utilizar un tono condescendiente.
- Bueno, se parece – se intentó excusar el Señor Barry por su despiste.
- Tal vez estas algo agotado, querido. Deberías dejar eso – intervino la señora Barry para que el posase la copa de alcohol que estaba tomando.
- Es medicinal.
El hombre se levantó del sillón y junto a su esposa y su hija menor se despidieron para ir a dormir.
- Pues yo creo, que lo del oro es una sandez – dijo la Josephine cuando ya se retiraron los tres y solo quedábamos nosotras cuatro y Rollings en la sala.
- Opino lo mismo – concorde con ella.
- Aun que espero estar equivocada.
- ¿Por qué lo dice? – curioseo Anne.
- Todo esto me recuerda a otro pueblo que también sufrió la fiebre del oro.
- ¿En la Isla del Príncipe Eduardo? – pregunto esta vez Diana.
- Si, en el norte, Cape Wolfe. Hará una década creo, no recuerdo los detalles, pero sí que hubo un gran revuelo.
- ¿Qué ocurrió? – cuestione.
- Nada. Fue un fracaso – me respondió.
- ¿Se lo ha dicho a padre?
- Nunca ha aceptado mis consejos respecto a nada – dijo fastidiada – Según recuerdo, esta historia se cubrió por Island r. Artículos sobre el oro y sobre la falta de este. Aquello duro semanas. Un gran fiasco.
- Padre está convencido. Dice que es una gran posibilidad.
- Seguro que ha hecho su debido tramite.
Después de esta charla, las dos chicas se fueron a la dormir, pero yo me quede sentada en el sillón, continuando con mi libro.
- ¿Tú no vas querida? – me preguntó Josephine al ver que yo no me movía del sillón.
- No, el libro está bastante interesante y si me voy con ellas no me dejaran concentrarme en la lectura – me excuse.
- ¿Quieres saber a quién le escribió la carta tu amiga?
- Ella no quiere que yo lo sepa, asique no violare su intimidad.
- Esta bien – acepto.
Ambas quedamos en silencio y yo levante la mirada de mi libro un momento.
- ¿A quién?
- A ese chico pelinegro que se fue.
Yo me quede paralizada. No me lo podía creer.
- Por todo ese asunto del oro.
¿Por el oro? Yo ya le había escrito por el oro. ¿Por qué lo volvió a hacer ella? ¿A caso es por qué no confiara en que se la hubiera mandado?
Cerré el libro y me levanté del sillón, para dirigirme a la habitación, no sin antes despedirme de Josephine.
- ¿Le vas a mandar una carta a Gilbert sobre lo del oro? – le pregunte nada más entrar a la habitación.
Las dos chicas se me quedaron mirando, una sorprendida y la otra nerviosa.
- Emmm...
- Te dije que ya lo había hecho yo.
- Es que no te respondía y temía que no le hubiera llegado o que la ignorara porque...
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Épocas adelantada 2 [Anne with an e]
FanficEsta es la continuación de mi primera novela, "Épocas adelantada [Anne with an e]". Esta parte su puede encontrar en mi perfil Todos los personajes a excepción de: Claudia (La madre de Casiopea), Casiopea/Cassidy y Timoteo pertenecen a la serie de N...