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Hacía un rato que había perdido de vista a todos mis amigos y me encontraba hablando con algunas personas, todos con historias muy interesantes que contar, la gente de esta fiesta era fascinante. Todos nos quedamos en silencio al oír el tintineo de una cuchara contra una copa.

- Buenas noches – llamó la atención la tía Josephine – Me encanta estar entre tantos rostros agradables, pero lamento la ausencia de uno y que bello era. Aun lo recuerdo, fisgando por encima de mi hombro sin ningún decoro, así nos conocimos, en una librería en París. Una mujer se me presenta como Gertrude y me dice que no me compre el libro que estoy ojeando, ya que es un terrible drama y el protagonista acaba asesinado – la sala quedó inundada en un cálido sonido de risas – Me pase las siguientes décadas escondiendo lo que leía ya que no podía evitar desvelarme el final de cada novela o noche de teatro – vaya, siento que Gertrude y yo nos hubiéramos llevado muy bien – También trato de arruinarme, gastando todo mi dinero en arte, y mirar con que me he quedado, nada más que con una sala llena de los más maravillosos amigos. Por Gertrude, porque este leyendo encima de nuestros hombros nota la eternidad.

- Por la más maravillosa pareja – añadió una chica de traje azul – Mi ideal romántico. Gertie y Jo.

- Por Gertie y yo – coreamos todos.

- Es tan triste – oí la voz de Theo a mi lado.

- ¿Estas llorando? – le pregunté.

- Si ¿Tu no?

- Ay, ven aquí – y le abrace.

Una de las cosas que más amaba de Theo era su sensibilidad y su capacidad de sentir por los demás.

- Y ahora unas palabras en nombre de Gertrude invitó a la siempre sorprendente, inteligente y vivaracha Anne Shirlye-Cuthbert.

Anne comenzó a recitar y yo seguí abrazando a Theo, conociéndole seguiría llorando. Tras finalizar de recitar el texto, la música comenzó a sonar y Anne, Diana, Theo y yo empezamos a bailar siguiendo el ritmo.

- Perdone, deje que se la robe un momento – le habló una mujer unos pocos años mayor que nosotros, de tez oscura, complexión delgada y estatura alta, sin olvidar mencionar el asombroso pelo rizado de color carbón que lucía, era una mujer sumamente hermosa.

Theo la obedeció y se apartó de mi para dejarle paso a esta mujer, que comenzó a bailar conmigo como si fuéramos amigas de toda la vida.

- Hola, soy Jasmine – se presentó con una bonita sonrisa.

- Yo soy Cassie – le contesté imitando el gesto.

- He visto tu vestido y es divino. Se anda rumoreando que lo has cosido tu ¿es verdad?

- Si, está todo hecho a mano.

- Me encanta ¿me lo vendes?

- ¿Qué?

- Perdona me he explicado mal, tú vestido me encanta, y me gustaría tener el mío propio asique que te parece si me haces uno y te lo compro. Siento que es tan único.

- Bueno si te hago uno igual ya no será único.

- Es verdad – concordó desanimada.

- Pero te puedo hacer uno parecido y más bonito y mejorado.

- Uy eso me gusta, así seguirá siendo único.

- Exactamente.

- Genial, pues esta es mi dirección – me dio un papelito – escríbeme y te mando mis patrones.

- Eso está hecho – le sonreí.

- Genial, ha sido un placer bailar contigo – me hizo una reverencia y seguidamente se fue junto con un hombre bastante más mayor que ella.

Otra oferta, esta noche no podía ir mejor.

Pov.Gilbert

- Bash ven – llame al mayor, que se encontraba preparándole a Claudia una sopa que le solía hacer su madre – Esto no pinta bien.

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⏰ Última actualización: Mar 19 ⏰

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Épocas adelantada 2 [Anne with an e]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora