Épocas adelantada 2 [Anne with an e]

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Pov. Cassie

Me desperté por la luz que entraba por la ventana. No tenía ni idea de que hora era, pero si sabía una cosa. Lo había acabado.

*Guau, en tiempo récord.

Ahora solo esperaba que todo mi esfuerzo no hubiera sido en vano.

Me incorporé y comencé a vestirme para volver a casa. Esperaba que mi madre no se preocupara mucho y que Theo no se volviera un dramático como siempre. Pero al menos he podido dormir unas cuantas horas seguidas y eso me venía muy bien.

Bajé a la cocina y recogí mis cosas de manera acelerada para volver a casa cuanto antes.

Comencé a ir a mi casa, andando lo más rápido posible.

Al abrir la puerta me encontré a mamá y a Theo sentados en el sofá.

- Hija – se acercó mi madre al verme entrar en el salón.

- Hola – les salude.

- Estábamos muy preocupados – mi madre me abrazo.

- A ver estúpida, ¿Dónde narices has estado? ¿Sabes lo preocupados que estábamos? Pensábamos que te habían matado o secuestrado, o peor, que te habías metido en un barco y te habías ido – empezó a dramatizar el chico.

Eso estaba fuera de lugar Theo.

- ¿Sabes lo mal que se lo has hecho pasar a tu madre? O a mí, que soy más importante – las dos lo miramos mal – casi muero de la preocupación.

- Vale don dramas, cálmate – le dije.

- ¿Qué me calme? – respiro hondo – Vale, ya está. ¿Dónde estabas?

- En una casa – respondí.

- ¿Qué casa? – pregunto mi madre.

- No – espeto Theo.

- Si – le correspondí.

- No.

- Si.

- N-

- ¿Qué ha pasado que yo no sé? – pregunto mi madre, interrumpiendo a Theo.

- Cassie ha estado en casa de Gilbert.

- No – espeto esta vez mi madre.

- Si.

- Hija, eso no es bueno para tu salud mental – mi madre me llevo hasta el sofá he hizo que me sentara en él, y ella quedo arrodillada frente a mí.

- Ella ya no sabe ni que es eso – comento Theo, de pie detrás de mi madre.

- Ya sé que le hechas de menos, pero esto ya roza un límite.

- No, no fui allí porque le echara de menos. Fui para ver si podía encontrar medidas, le hice un traje para él, para la fiesta de los Barry. Si se presenta con su ropa ordinaria quedaría un poco fuera de lugar y me tome las molestias. Y si dormí en su casa, pero cuando termine era tarde y no podía volver a esas horas a casa. Y algo positivo es que he podido dormir varías horas seguidas – les explique.

- ¿Él te ha dicho que va a ir? – me pregunto mi madre.

- No, pero es un porsiacaso. Mejor prevenir que curar, ¿no? Además, si no viene siempre se lo puedo ajustar a Theo y el tener dos trajes.

- Eso me gusta – sonrió el chico.

- Iré a colocar esto – cogí mi maleta y subí hasta mi sala de costura para colocar todo.

Me sentía bien, me había librado de una preocupación y eso me dejaba espacio libre para aumentar la preocupación de mi vestido. Porque tenía unos diez bocetos distintos del vestido y nada me terminaba de convencer.

Empecé a hacer bocetos, hasta que vi dos de ellos al lado y ahí se me encendió la bombilla. Cogí todos los bocetos y los expandí por el suelo, los coloqué. Me quede observándolo, cambie algunos de lugar, a otros los retoque un poco y rodeé mis partes favoritas de ellos. De unos las mangas, de otros el vuelo de la falda o la forma del escote.

En unas pocas horas y bastantes descartes descubrí el vestido perfecto. Ya tenía mi traje.

Me senté aliviada, ahora tocaba coser, qué, aunque siempre me daba pereza comenzar a hacerlo siempre acababa relajándome y haciéndome sentir bien.

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Pasaron dos semanas desde que dormí en casa de Gilbert.