Capítulo XXXV - El juego de Emily Bacon

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Capítulo XXXV – El juego de Emily Bacon


«Grabando...».

—¡Muy buenas a todos mis queridos amigos! Soy Emily Bacon en una nueva edición de: ¡Supervivencia en Aldebarán! Hoy nos encontramos en un sitio muy especial de mi querida Isla Blau. El lago Milagro.

La niña extendió sus brazos y la lente de su cámara enfocó el fondo a sus espaldas: un bello prado silvestre salpicado de una naturaleza vasta, repleta de árboles, pinos, montañas, y un gigantesco lago a sus espaldas que recibía los primeros rayos del sol mañanero.

Mily se hallaba de pie sobre una roca en mitad de la playa. Brinco para aterrizar en el suelo y empezó a caminar sin rumbo fijo.

—Como pueden ver... es decir, ver en el futuro, porque no tengo señal y tengo que grabar con una cámara sin internet. Estamos en el periodo más interesante de todo el viaje —dijo divertida—. Este es el primer día de supervivencia que tendrán que atravesar los chicos de primero de Vanlongward.

Mientras Emily paseaba esquivando árboles sin siquiera verlos, habilidad adquirida de caminar por la calle esquivando peatones a la vez que se filmaba, enganchó su cámara a un palo de selfi. Lo apuntó alto, para tener una mejor panorámica de su cuerpo completo y continuó.

—Como su fiel anfitriona, y como hija del director —se jactó—, tengo en mi poder la aplicación que usan los celadores. —Emily mostró un celular en dónde tenía una lista que enseñó a cámara—. Como pueden ver... ¡Ay! No. Mili, ¿qué estás diciendo? ¡Eso es muy cliché! —Carraspeó la garganta y volvió a empezar la oración. Ya editaría el video completo más adelante—. Esto que están viendo es la lista de los equipos y sus puntajes actualizados en tiempo real. Cada vez que un grupo logra completar un objetivo de la lista que se les fue ofrecida al iniciar el evento. Se suman los puntajes en la app y la lista se actualiza.

La niña chequeó la hora en su reloj.

—Bien. Son las nueve de la mañana. Muchos de los participantes ya deberían haber despertado. Así que iré a hablar con algunos, los entrevistaré, pero muy poco, porque la idea es que estén inmersos en la naturaleza y en este juego. Así que solo me permitieron hablar con ellos unos diez minutos cuando mucho. —Mili volteó la cabeza y vio a dos personas caminando hacia la playa—. ¡Genial! No tuve que buscar a nadie. ¡Vamos a hablar con esos dos participantes de allí!

Emily corrió por el bosque hasta alcanzar a dos jóvenes. Uno de ellos era un chico de gran altura, un cabello rizado, pero que llevaba muy corto, era una persona de color que sonrió de manera simpática hacia Mily en cuanto la vio.

—¡Emily Bacon! —dijo el joven. Se detuvo y depositó dos baldes repletos de agua en el suelo. Pudo ver en su brazo la cinta de su número de equipo: once—. Es increíble poder verte. Soy tu fan.

—¡Hey! ¡Mi primera interacción y es un fan! —Su sonrisa se iluminó, adoraba la atención—. ¿Cómo te llamas... fan?

—Me dicen Weege. —Señaló a su colega, que llevaba consigo una enorme cantidad de fruta entre sus brazos. Él también frenó la marcha unos pasos más adelante—. Este es Mikael. Es un poco reservado, pero de no ser por él... yo hubiese muerto ayer por la noche.

—¡Es un placer, chicos! Miren, no tengo tanto tiempo, así que haré unas poquísimas preguntas. ¿Puedo?

—¡Claro! —dijo Weege.

—Muy bien, gracias. Ok. ¿Cómo los trata esta prueba?

Weege echó una carcajada y sacudió la mano.

A-Normal 2: Rompiendo el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora