Capítulo 3

881 48 0
                                        


SEBASTIÁN

Meses después....

¡Sebas! gritaron. Me sobresalté.

¿Ahora qué?

¿Qué pasa? Mina tenía una cara espantada ¿Te encuentras bien?

tienes que venir conmigo a la dirección.

Buenos días a ti también Mina pero cuando escuché la palabra dirección mi cara fue de horror.

¿Hicimos algo malo?

Que yo sepa no

¿Qué hice? pregunté alarmado. No he hecho nada malo. O al menos que los chicos hayan roto algo y me echarán la culpa. Lo cual no dudo.

Te van a adoptar hablo Mina cortado el nudo de mis pensamientos. Me senté.

¿Acaba de decir que me van a adoptar? ¿A mí? ¿Estoy soñando o qué?

¿Es día de los inocentes? dije con una sonrisa nerviosa si es así es una pésima broma de tu parte Mina.

¿Inocente...? ¡Claro que no! Es verdad Sebas una señora vino y a preguntado por ti desde meses. No sé de dónde te conoce, pero ha estado viniendo casi todos los días por ti. Aunque no accediera a verte, pero le han hablado de ti y ella...

¿Dónde están? la interrumpí. Mi cabeza era un lío.

Con la rectora camine deprisa. Mina me siguió detrás. La puerta se encontraba abierta y fue cuando la vi. Una señora de unos veinticinco o veintiséis años, alta, cabello largo café claro, estaba de espaldas. Sentí una presión de nuevo en mi pecho.

¿Es ella? es muy bonita y elegante pensé.

Si, Sebas es ella.

¿Por qué a mí? Es imposible que esa señora me quiera a mí. seguro es una equivocación.

claro que no Sebastián, tú también tienes el derecho de tener una familia no lo dudes.

Se ve tan elegante. aclare

Tal vez venga una importante familia tiene sentido. La ropa que se carga ni es nada de segunda mano ni muchos menos de una bahía.

¿Por qué no ha querido hablar conmigo?

No lo sé Sebastián.

¿Entonces por qué me quiere adoptar cuando ni siquiera quiere verme?

Silencio

No me importa. me gire con intención a regresar a mi cuarto. No me voy a ilusionar con cosas así, ya no voy a permitir que mi corazón sufra de decepciones que serán evidentes. Una familia, ¿Yo? Si como no.

¿Qué haces Sebas? No te entiendo... ¿Quieres o no formar parte una familia?

La familia que quería me dijo que no nuevamente.

No me importa la verdad, solo me falta cinco años para cumplir la mayoría de edad e irme de aquí. camine con Mina detrás de mí.

Sebas... No debes tener miedo, solo tienes que tener fe aseguro― Y todavía te faltan seis para cumplir la mayoría de edad jovencito

¿De qué tendría miedo? pregunte sin prestarle atención sobre los años que me faltan para ser mayor de edad Ah, claro ¿De que no sea real? Déjame decirte que he vivido esto dos veces en la vida y por todas las noches en mis lindos y más hermosos sueños. Ya no le tengo miedo a la soledad. Además, cumplo trece en menos de unos meses. Y para mi suerte, los días pasan muy rápido.

Claro que no tienes miedo, ¡Te aterra! No quieres sufrir más decepciones, pero créeme esta vez..

¿Va ser diferente esta vez? ¿Durará más? me detuve esto va así. Hay que conocerlo es muy bueno, pero cuando saben el resto se van, ¡Bun se esfuman! Adiós. Y de nuevo al mismo encierro. No puedo vivir así Mina. No quiero vivir así. Además, no solo son dos veces, si no que fueron tres ¡Tres!

Quisiera ayudarte Sebas..

Pues entonces se tu mi mamá. Adopta, adopta al pobre Sebastián

De nuevo no se atrevió a decir, por su mirada sabía que era imposible.

Yo....

Lo sé no me lo tienes que decir. llegué a mi habitación y cerré con seguro. Me quedé dormido. Y tuve sueños deprimentes, sobre con aquella mujer y no fue algo bonito.

Más tarde los muchachos llegaron del partido con caras largas, no tenían que decirme lo que había pasado, se notaba a simple vista que habían perdido y era mi culpa.

¿Y? pregunte.

Perdimos Sebas. No deberías preguntar si ya lo sabes. suspire. Y no dije nada más. Ellos conversaban entre ellos cuando la puerta se abrió.

Sebastián, te quiero en la sala ahora y ustedes también. informó Ana. Una mujer de edad que nos cocinaba, nunca había intercambiado ninguna palabra con ella ¿Que querrá de nosotros?

¿Por o para? pregunto Robert para mí suerte.

Vayan. Salió y nos miramos entre nosotros.

¿Qué ha pasado mientras no hemos estado? pregunto Marcos y todos salimos.

Me senté en un lugar con los otros chicos, cuando vi que otro niño se había chocado con el cap y él lo había regañado, me pareció muy chistoso que me reí. Después mire alrededor y estaban todos los niños entre pequeños y adolescentes. 

Mi mirada cayó por accidente frente a una chica o señora que me están mirando. Me pareció algo raro así que dejé de mirarla. Pero cuando ella también dejo de verme regresé mi mirada a ella y me di cuenta que se trataba de la misma mujer elegante que vi en la oficina de la rectora.

La Adopción CorrectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora