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Ale.

¿Cómo les digo?

Las cosan marchan bien que me preocupa. Se lo he comentado a mi jefe —que también es médico— le había comentado que el silencio me da miedo porque parece que tarde o temprano alguien me lo va a Interrumpir. Lo que él me respondió que aveces el ruido puede ser una corneta de felicidad de cosas buenas.

Pero la verdad si estoy preocupada ¿Por qué? Siento que algo malo va a pasar. Y tengo miedo que eso le pase a Sebastián, hasta ahora todo va bien.

Pero si algo está por venir nos dudaría ser el escudo humano para el. Quiero protegerlo de todo lo malo que puede venir, lo sé. El también tiene derecho a luchar sus propias batallas pero para una madre es mejor ser el escudo que el ciego.

Puede que hayan pasado más de cuatro meses desde que Sebastián es mi hijo, pero parecen días. Estamos más familiarizados, ha venido a ser trabajos de grupo al departamentos, así mismo ha ido hacerlos. Mientras el estudia yo trabajo, mientras yo descanso un poco el estudia.

Trato de ayudarlos con los deberes pero siempre cuando me ofrezco el contesta que no es difícil.

Así que lo dejo hacerlo solo. No me siento mal al respecto, de lo contrario me siento orgullosa de el. Solo que la preocupación es contaste de hacerlo mal.

Se que cuando se es madre no existe ningún manual para hacerlo bien, ,—fuera más fácil si existiera uno—. Pero las cosas no son así. Tyler me dice que debo estar tranquila que todo va ha estar bien, pero no lo sé.

Siento que en este capítulo de mi vida las cosas parecen estar bien pero no lo están. Me aterra no hacerlo feliz. Tengo miedo que no me quiera, tengo miedo de que deje de hacerlo, tengo miedo que su verdadera madre aparezca. Sobre todo tengo miedo que la eliga a ella.

Son tantos miedos, y tantas dudas que a aveces me acuesto temprano y me despierto tarde. No he podido hacer ejercicios ya no como antes.

Sebastián sigue entrenando los finde semana en la tarde en la cancha, Ya no lo acompaño. Ha decido ir solo para evitarme molestia.

Lo que él no sabe es que si quiero ir. Pero mejor no le dijo nada. Siempre cuando llega me cuenta todo lo que ha hecho, de que su amiga lo va a ver  jugar y que ya le informo al entrenador que se retira del Futbol cuando el partido acabe este domingo.

Me dijo que su rostro fue de capturar en una fotografía y guardarla para siempre en un cajón bajo llave. Si no se lo tomó muy bien..

Va bien en el Cole, está bien en salud, está bien físicamente y me ha dicho que se siente bien. Me repite todos los días que soy la mejor mamá de mundo, me abraza, me trae caramelos, me dice todo.

Creo que el problema soy yo.

Se que tengo un pequeño trauma de abandono, por lo que pasó en mi infancia, digamos que al no tener el cariño de mis padres me crié con eso de esta bien no ser amado, pero cuando me mudé con mi abuela, sentí el cariño pero no lo refleje para ella. Claro que quería a mi abuela pero no era la clase de persona que muestra sus sentimientos, pero cuando llegó Diego a mi vida, sentí lo que era enamorase de alguien y mostrarlo.

Con el todo eran risas, besos, abrazos, y palabras de amor.

A mi abuela no le caia bien.

— está claro que no me gusta para ti —me abrazo— Pero si te hace feliz, yo también los soy.

— Me hace feliz abu —o eso creía.

Ahora no. Lo que sentía con Diego solo era lo que quise sentir por mis padres ese amor verdadero.

La Adopción CorrectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora