La Adopción Correcta

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Segunda versión.

Tyler

Tenía miedo. No lo puedo negar, en solo pensar en las preguntas que Ale haría me hacía pensarlo dos veces. Ya es hora de decile la verdad y Lugo de que Eda se presentará en mi departamento a gritar.

- ¡¿Quien es ella?! -entro sin pedir permiso. Fruncí el ceño- ahora vas por ahí con diferentes chicas en busca de que ver quién te lo hace mejor ¿Eh?

- ¿De que hablas Eda? -estaba irreconocible. Sus ojos estaban manchados por el rimen que se había escurrido por las lágrimas ¿Estaba llorando?- ¿Estás bien?

- ¿Que si estoy bien? No me hagas reír.

- Eda no quiero problemas contigo ya te pedí disculpas y no quiero seguir con esto -rogué.

Claro que le pedí disculpas en el primer momento, pero ella se a puesto a decir que no lo eh hecho. Hasta he querido dejar atrás todo el asunto pero ella no colabora.

- Por favor vete.

- ¿La amas?

- Por el cielo -me frustré- ni siquiera se de qué estás hablando.

- de la chica con la que estabas en el supermercado.

¿Cómo se llamaba? Ni idea.

- Ella solo es una pasante Eda -suspire cansado- además no tengo porque darte explicaciones Eda. Por favor vete.

-una pasante ¿Eh? Y con todas tus pasantes te acuestas.

- Ya es suficiente vete -abrí la puerta.

- No pienso irme.

Cada vez que la miro me queda claro que el rastro de aquella jovencita la que un día me llegue a enamorarme ya no existe.

- Pero ya lo has hecho -le recordé.

- No cambies de...

- Y no solo eso -la encare- no solo arruinaste lo nuestro.

- ¿Que quieres decir? -se mostró nerviosa- no sé de qué...

- No finjas Eda.

- No se de qué me estás hablado. Me voy de aquí.

- Es tu culpa que Ale terminara su matrimonio. Lo sé.

- Mentira.

La sujete del brazo.

- Suéltame.

- Y se lo diré. -confesé- Ya no puedo más con eso.

- No te atrevas. -amenazo- No te atrevas Tyler -advirtio.

- Tengo que hacerlo.

Lo sospeche antes que Ale se atreviera a decirme, supe desde hace tiempo sus celos por Ale, sus pensamientos de que ella y yo éramos algo más. Me decepciona saber lo que fue capaz hacer por sus celos, al grado de llegar a separar un matrimonio no solo de 3 años de casado sino de más de sies años de relación.