Sebastián
¿La verdad?
Pues la verdad es que este plantel educativo es...
¡ENORME! Es como tener tres orfanatos metidos en un solo lugar.
Su nombre también era ridículamente educativo.
—En Disciplina y educación ofrecemos también materias recreativas para los estudiantes, como pintar, dibujar, crear. Además de los diferentes deportes. —Informo Lila, una maestra que nos daba el recorrido por el lugar.
Pero, aunque ella explicará no sé qué cosa, yo estaba boca abierta con todo. Hasta salte de alegría cuando vi la cancha de césped.
—¡Mira mamá! Una cancha enorme ¡Enorme!
— Si sebas todo aquí es enorme —sonrió— ¿Aun no empiezan los nuevos parciales? —le pregunto a Lila.
— Por desgracia sí. —Contesto— pero Sebastián ya está incluido en este, así que no hay problema que lo envíe. Se podrá poner al día con todo.
—Mmm... —mamá me miro— ¿Te parece bien?
La vi a ella, después a la enorme cancha y no dude
— ¡Si! Claro, ya quiero venir a aquí de nuevo.
—Pues está dicho ¿Cuándo empieza?
— puede venir el jueves o lunes. Pero para poder informar sobre sus horarios necesito que firme una que otra cosa.
Mamá asistió
—No te alejes demasiado Sebas. Vendré pronto.
Ellas se fueron a el piso de arriba, mientras que yo corrí a la cancha. No podría durar ni 25 minutos corriendo en ella, necesitaría más resistencia para poder durar, aunque sea el primer tiempo, por lo enorme que era.
A lado de arco había un balón de fútbol y no dude en tomarlo. Rebotaba mucho.
Comencé haciendo cascaritas con la cabeza. Estaba de lo más relajado cuando una voz irritante me llamo.
—¡Oye!
El balón se me cayó y me gire para ver quién me había interrumpido.
— ¿Quién eres? —me pregunto una niña.
La mire mal ¡Había interrumpido mi próximo récord personal! Además, la observé de arriba abajo, estaba sucia de barro, el cabello lo tenía atado pero algunos mechones le caían en la cara. No podía ver su ropa por la gran cantidad de lodo que tenía encima.
— ¿Qué te paso? —se miró así misma.
— Nada —agacho la cabeza algo avergonzada, pero se le pasó rápido—¿Y?
—¿Y qué niña? —busque el balón con la mirada.
—¿Cómo te llamas? Nunca te había visto por aquí.
— ¿Para qué quieres saber mi nombre?
—No me gustaría llamarte chico del balón. —hablando del balón, lo agarre y lo tenía en mis manos— ¿De dónde saliste?
—No soy algo que pueda salir de por ahí —Parecía menor, puede que un año o dos que yo— ¿Cuántos años tienes niña?
— me llamo Darling no niña —se cruzó de brazos— y tengo doce años. Recién cumplidos.
Pues al parecer no tan menor.
— Ah —no le di importancia y seguí con lo mío
— ¿Eres nuevo?

ESTÁS LEYENDO
La Adopción Correcta
Teen FictionEn un mundo donde los secretos se entrelazan, una madre hace un sacrificio desgarrador al abandonar a su hijo en un orfanato. Cuando el niño crece su posibilidad de ser adoptado es muy baja pero misteriosamente aparece Amelia en su vida. Pero lo qu...