Camino a la felicidad (En corrección)

Capítulo 26.

Nota de autora:

Mis queridos y amados michis, tengo una noticia que darles, no habrá capítulo 26 espero que de verdad me perdonen, no creo poder seguir con el libro, en serio lo siento, no tengo ideas, mi bloqueo de escritora sigue aún más presente, siento mucha inseguridad, que no puedo continuar, no puedo, osea si lo intento pero no me siento capaz de terminar una trilogía, siento que no soy buena escritora, es que soy una novata a quien engaño, después de que lean esto, voy a eliminar el libro y mi cuenta de wattpad, en serio perdón por hacerlo perder el tiempo de verdad...

Es muy difícil para mí hacerles esto :(

JAJAJAJAJAJA bromitaaaaaaaaaaaaaaa!!!! Quería hacer esto el día de los inocentes pero no tenía el capítulo listo, si haré mi trilogía, soy una novata de eso no hay duda y a veces tengo dudas de mi,— Que mi flako y mi mejor amigo no vean esto porque me matan—tampoco lo niego, tengo bloqueos pero no dejaré nada a medias, aquí los dejaré leyendo el capítulo 26 que me costo mucho escribirlo, no tenía inspiración pero lo terminé espero que les guste.

Sin más bromas que hacerles... A leer!!! :D
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Sofía Monterubio. 

Después de un largo rato, que parecía que una eternidad, la moto se detiene, Alex se baja tan rápido que la moto se tambalea un poco y me aferro al asiento con uñas y dientes.

—Pon más cuidado estúpido me vas a tumbar —bufo, mi humor está tan delicado que he optado por el camino de los insultos.

Es un idioma de amor.

Escucho su risa burlona.

—Fue sin querer amor, no te enojes.

—Claro como tú no eres el que se iba a caer, yo soy la que tengo los ojos vendados ¡no tú!

—Tranquila amor —siento que me da un beso en la mejilla.

Alex me ayuda a bajar y empieza a guiarme por el camino, me tropiezo un par de veces pero logro mantener el equilibrio, menos mal opte por vestirme con pantalón y tenis, estoy más cómoda así, los vestidos me gustan pero siempre me ha gustado usar pantalón, por estas cosas mi madre y yo siempre discutimos, ella quiere que sea de esas chicas que usan vestidos rosa bien elegante y a mi pues... me gusta más usar tenis y mis jeans, punto, uso shorts de vez en cuando porque no le gusta que los use, a veces simplemente uso ropa deportiva o pijama.

—Ya llegamos, Sofía —noto el nerviosismo en su voz.

Me encanta cuando él es así, ya que siempre hace que yo me ponga nerviosa apropósito y que yo no haga nada para que eso suceda es como una dulce venganza.

—Te quitaré la venda...

—A la cuenta de tres —termino por él negando entre risas.

Su risa y la mía se juntan, sé que él lo recordó.

—Uno... dos... tres...

Me quita la venda y empiezo a abrir mis ojos muy despacio, la luz del sol me molesta un poco y veo algo borroso.

—¿En dónde estamos? —siento mi vista arder.