Capítulo 54.

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Sofía Monterubio.

Ahogué un grito cuando casi nos caímos de bruces contra el suelo al brincar torpemente un arbusto que no vimos en el pequeño momento de distracción que tuvimos Alex y yo.

Estábamos huyendo de los paparazzis por... ya perdí la cuenta, son un grano en el culo que no dejan de molestar en los momentos donde quiero privacidad.

Nos habíamos cambiado de resort hace unos días para evitar encontrármelos.

El escándalo de que no soy hija de Gustavo Monterubio sigue siendo tendencia en las redes sociales y más porque no quiero rendir ningun tipo de declaración, a ellos no les compete saber de quien soy hija.

No me avergüenza mis raíces, incluso amaba a Anderson como tal sin saber que era mi padre realmente, amo a May a pesar de no haberla conocido y que lo único que tenga de ella son fotografías y las cartas, ¡Ah! y uno que otro recuerdo, supongo que eran regalos de mi padre o una que otra joya de la familia Boyer.

Cuando vi que estaba en primera plana en los periódicos internacionales y las noticias, no me sorprendió, sabía que tarde o temprano pasaría y me había preparado mentalmente para ello, saber quién le pasó la información a la prensa seguía siendo una incógnita, pudo haber sido cualquiera y tengo la pequeña corazonada de que fue Ana. O el tío Gabriel. O ambos. También podría ser Elisa pero muy en el fondo pienso que no fue capaz y es estúpido tenerle un poquito de fé cuando ella solo se ha dedicado a hacerme daño con el pasar de los años.

No sé en qué momento terminamos huyendo, solo sé que en la mañana nuestra familia propuso dar un paseo por Xcaret, que según la reseña que leí en las redes está entre las mejores experiencias de parques en Cancún y la Riviera Maya, tiene más de cincuenta atractivos naturales y culturales, cuenta con ríos subterráneos, biodiversidad marina y una buena gastronomía. El día empezó bien, nos dieron un recorrido, nos contaron algo sobre la historia del lugar, entre otras cosas.

El parque es gigantesco y en mi opinión un lugar bastante íntimo por algunas cuevas o lugares donde puedes tener privacidad, donde nadie iría a molestarte y pasar un día de entera relajación y sobre todo: tranquilidad.

Pero ya dudo mucho que lo último sea algo que esté sintiendo, Alex y yo decidimos darnos una pequeña escapada para explorar y andábamos tonteando por los alrededores hasta que escuchamos un ruido entre los arbustos.

Alex volteó y la cámara estuvo a punto de captarnos juntos de no ser porque el rubio me tomó fuertemente de la cintura y nos lanzó a ambos al vacío, caímos en el agua y nadamos hasta el otro extremo, después de ahí lo único que hemos hecho es correr porque los paparazzis parecen no rendirse.

Pensé que el resto de mis vacaciones serían bastante revitalizantes por lo feliz que me sentía, eso no había cambiado pero en si era bastante estresante está situación. Extrañaba Londres por la tranquilidad que me ofrecía y a España por la seguridad que me transmitía al no ser muy conocida.

Era hija de uno de los mejores empresarios del país y un apellido que tenía mucho peso sobre la sociedad, era normal salir en revistas, periódicos, noticias, entre otros; pero no me gustaba ser el centro de atención, me gustaba pasar desapercibida como la familia de Alex, una vida así era todo lo que necesitaba en estos momentos.

Hablé mucho con Grace sobre ese tema, porque me sentía inquieta al ser observada y de cierto modo acosada, nuestro nivel de confianza ascendía y me animé a contarle lo que Liam Ávila estuvo a punto de hacerme hace unos años atrás y lo perturbada que me sentía porque ese sentimiento se estaba volviendo a instalar en mi pecho.

Me repitió una y otra vez que no fue mi culpa que eso pasará, que las personas que no conocen los limites los traspasan a su conveniencia para su propio placer sin importar que tanto destruya a la otra persona y eso estaba mal, pero más inaudito era haber seguido ahí por presión social, por darle gusto a mi ma... a Ana y a la sociedad, por intentar ser lo que todos esperaban de mi casi me convierto en una persona infeliz.

Camino a la felicidad (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora