Capítulo 32.

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Alex Cortes.

Una hora antes...


—Madre, es muy raro que no me conteste, Sofía no es así.

Mi madre me mira dubitativa y a la vez preocupada.

—A lo mejor ha estado ocupada, estuviste una semana fuera y a lo mejor les cargaron la mano en la universidad.

No sé pero algo me dice que hay algo más, al menos ella me habría avisado de ser así.

—Siento que algo no está bien, algo paso—empiezo a jugar con la comida.

La verdad es está, Sofía nunca me ha dejado en gris, estábamos hablando de lo más normal el viernes y de repente no respondió más, la he llamado, le he enviado miles de mensajes, he preguntado por ella a los chicos, pero no supieron decirme sobre su estado, ya que ella no ha querido ver a nadie.

Y es demasiado raro en ella, ya que detesta la soledad y le encanta la compañía, lo único que quiero es que esté bien, solo eso.

—No te preocupes de más, Alex—mi padre dobla su periódico y me sonríe a medias tomando mi mano—. Concuerdo con tu madre, quizas ha estado ocupada y ya te lo explicara en la universidad.

Esperemos que si.

Terminó de desayunar con mis padres y subo a mi habitación para buscar mi mochila y algo más.

Los días que estuve en España, recorrí varios lugares y todos hablaban de una rosa que viene en un cilindro de cristal, muy parecida al que él príncipe de la bella y la bestia tenía, me dio curiosidad y fui a una de las tiendas donde las venden y me encantó, ese es el resumen, vienen hasta con luces incluidas y Wow, pensé que seria un buen regalo para el catorce de febrero, no lo pensé más y la compre, y aparte de eso le compre una pulsera con muchas rosas para no llegar con las manos vacías, como alguna vez dije, es su obsesión y yo estoy para regalarle lo que le obsesiona ¿No?

Quisiera ser tu novia wey.

Guardo la bolsita donde se encuentra la pulsera en la mochila y la cuelgo en mi hombro. Espero poder encontrarme con Sofía en el metro, la he extrañado horrores, fue una total tortura estar lejos de ella, sin poder abrazarla, besarla, hablar con ella o acariciarle el cabello mientras lee, esas pequeñas cosas hacen que sienta paz.

Esta chica puso mi mundo de cabeza, ¿Pueden creerlo? Tenemos meses de conocernos, más de tres meses de novio, pronto pasaremos nuestro primer catorce de febrero juntos y quisiera llevarla a una feria que habrá, le va a encantar de eso no tengo duda.

Suspiro y bajo las escaleras para despedirme de mis padre los cuales me desearon "suerte" en mi día, el clima de hoy está un poco apagado pero muy lindo, coloco mi canción favorita para relajar los nervios inexplicables que estoy sintiendo, llegó a la estación del metro y busco a Sofía con la mirada no hay rastro de ella, no puedo esperarla mucho así que decidí seguir, quizás debe estar en la universidad, una vez me paso y estaba con Diego aquella vez, así que trataré de no hacerme películas.

El transcurso en el metro bus fue tranquilo, pero me sentí vacío, algo solo por así decirlo, pero es mejor dejar de pensar, ella está bien...

El metro bus se detiene y me cuelo con rapidez entre la gente, unas que otras personas se quejaron y me disculpe, no fue mi intención empujarlas.

Pasé por la cafetería que está cerca del campus y compre mi batido de fresas, lo necesitaba para poder empezar bien el día y me apresuré a llegar a la universidad, llegue un poco más temprano de lo que debería pero no era el único, David esta hablando en un grupito y al notar mi presencia dejo al grupo con el que hablaba y se acerco a mi.

Camino a la felicidad (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora