Capítulo 50.

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Sofía Monterubio.

—¡NO!

Me incorporo de golpe y mi corazón late como si quisiera salirse de su lugar, una capa de sudor frío yace en mi frente y la limpio mientras trato de regular mi respiración.

Las pesadillas habían empezado a atormentarme desde hace unos días y sé que ya no puedo evadir la situación y contárselo a Grace, tengo días sin poder dormir y ya no aguanto está mierda.

Liam se escabulle en mis pesadillas y lo odio por eso, porque no le temo del todo, ya no me importa morir si eso significa salvar a Alex y no es que me crea una heroína o algo por el estilo, solo lo quiero salvar de algo donde él es totalmente inocente y no quiero cargar con su muerte en mi conciencia porque es algo que no me perdonaría nunca.

—¿Pesadillas? —Ángel se asoma por la puerta y yo me limito a asentir con la cabeza mientras abrazo mis piernas. Mi hermano entra a mi habitación y se hace un lugar a mi lado para abrazarme—, ¿quieres hablarlo?

—Prefiero hablarlo con Grace —murmuro con desgano.

—Está bien —me acuna en su pecho y acaricia mi cabello como cuando era una niña—, duerme un poco.

—¿Qué hora es? —pregunto en medio de un bostezo.

—Son las dos de la mañana. Duerme tranquila, no estás sola.

***

—¿Y a que se deben tus problemas de insomnio? —me pregunta Grace mientras golpetea su pluma contra la libretita.

—Muchas veces por el estrés pero mayormente es por la ansiedad y los pensamientos negativos, simplemente me cuesta quedarme dormida y cuando lo logro ya está amaneciendo y no vale la pena seguir durmiendo.

—Entiendo, pero también me has dicho que has tenido pesadillas que te atormentan ¿no quieres hablar sobre ello?

—No me siento lista para hablar de ello —respondo con franqueza—. Solo quiero poder dormir bien, cuando llegué a España pude conciliarlo pero de un momento a otro perdí eso que estaba logrando y me siento ansiosa y frustrada por el simple hecho de que siento que estoy retrocediendo en vez de avanzar.

—No has retrocedido en ningún aspecto Sofía, al contrario, has tenido avances que me hacen sentir muy orgullosa de ti. En este tiempo no te has hecho daño, has aprendido a controlar tus pensamientos y a confiar en ti misma, te estás alimentando bien y en tú mirada hay un brillo especial que no tenías al empezar las terapias. Querida, no dejes que algo atormente o apañe tus avances, estás poniendo de tu parte y estos son los resultados que has obtenido, y todos son positivos.

—Grace, ya no quiero sentirme atormentada, no quiero sentir miedo. No quiero tener más pesadillas, no quiero que esto siga perturbando mi paz —murmuro con voz temblorosa

—Y no lo hará. Te recomiendo que te inscribas en un gimnasio, hay muchos estudios que han demostrado que el ejercicio físico es muy útil para la salud mental. Se ha demostrado que la actividad física puede mejorar la depresión y prevenir la depresión. Y, cuando haces ejercicio, también puedes mejorar tu sueño, especialmente si haces ejercicio por la mañana. Si eso no te ayuda tendré que buscar a un especialista en psiquiatría para que te recete algún sedante o antidepresivo que te ayude en tus problemas de insomnio ya que yo solo puedo darte consejos, claro, solo si estás de acuerdo.

Camino a la felicidad (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora