Capítulo 3.

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Sofía Monterubio.

—Entonces chocaron en el metro —Blanca se carcajea luego de haber escuchado con atención todo mi desastre llamado: vida cotidiana—. Sabía que tu torpeza te traería este tipo de cosas.

Estamos hablando por medio de una videollamada, ella está estudiando diseño de modas en España ya que aún está meditando si irse a París o no es una buena opción porque no quiere estar tan lejos de Diego.

Ellos son una pareja muy unida y me encantó saber que mis dos mejores amigos los uniera algo más que un lazo amistoso, y más si Blanca siempre ha estado enamorada de él.

Ellos tienen casi dos años de noviazgo, el mismo tiempo que tengo con Liam, la diferencia es que en la relación de ellos abunda el amor y el respeto, mientras que la mía... eeehm... bueno ustedes ya saben.

—¡Oyeeee! respetame —protesto entornando mis ojos y ella levanta sus manos en señal de paz, curvando una sonrisa maliciosa y pícara—. ¡Y no sabeeees! el pobre de Alex tuvo problemas con Liam por lo mismo y más cuando intervino para evitar que él siguiera dañandome.

Blanca frunce su ceño y se rasca un poco su nariz.

—Liam se pasa de idiota y cabezota, siempre me ha caído mal y entiendo las razones por la cual sigues con él, pero no deberías aguantarlo Sofía, o sea... ¿cómo se puede molestar por una tontería? Sin contar que él quiere alejarte y prohibirte que estés cerca de Diego, ¡que se ubique ese cabrón!

—Aunque quiera cortar con él no puedo, no puedo hacer eso.

—Sofía, no debes aguantarlo, ¡que te valga mierda lo que tú madre diga! Eso no te hace bien, tienes que cuidar tú autoestima, eso es mucho más importante.

—Blanca, es complicado y lo sabes, tengo tantos problemas que no sé por dónde empezar a arreglarlos —confieso.

—Sofía, te recuerdo que fuiste un tiempo al psicólogo y dejaste de ir sin haber mejorado por completo, la depresión no es un juego y tienes que aguantar malos tratos todo el tiempo, sin contar lo mal que te hacen sentir —suspira cansada como si quisiera atravesar la pantalla y cachetearme para luego gritarme: «¡amiga date cuenta!»—. Solo quiero que estés bien Chulei, me preocupas.

—Lo sé, solo necesito tiempo porque aún no quiero regresar al psicólogo, siento que ninguno me entiende y aparte de eso mantengo un pequeña llamita de esperanza en que Liam puede cambiar, Blanca.

—Alguien como él jamás va a cambiar —espeta frustrada—. No te hagas ilusiones, Sofía, es mejor que explores otros continentes... o no sé... conviértete en una bad girl como Lily —enarqué una ceja con disgusto y Blanca se pellizca el puente de la nariz implorando paciencia—, ya mejor cambiemos el tema, hablar de Liam me produce jaqueca —pone cara de asco—. Ahora sí, respóndeme a una sola pregunta... ¿Sentiste atracción por el chico? —Blanca vuelve a sonreír con un aire pícaro y quise estamparle un zapato por la frente.

—Me atrae mucho —termino confesando en voz baja.

Blanca abrió sus ojos como platos como si le hubiera confesado que Josué es gay y que por eso no ha tenido más novias.

—¡No puede ser! ¡Diooooooos! ¡¿pero que esperas para terminar con Liam?! ¡mujer date cuenta! ¡HAS SENTIDO ALGO POR ALGUIEN DESPUÉS DE AÑOS DE NO HACERLO! 

Camino a la felicidad (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora