Capítulo 19.

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Sofía Monterubio.

—¡PIJAMADAAAAAAAA! —grita Blanca emocionada.

—¡Ya calmate por el amor a Dios! Ni que estuvieras viendo a William Levy sin camisa para formar tanto alboroto.

—Relajate cariño, eres muy amargada para tu edad —apunta Blanca hacía mi prima quien la mira con cierto fastidio.

—Edad que es la misma que la tuya por si no te has dado cuenta —le responde con una dulzura inexistente.

—¡Fíjate que no recordaba! —exclama con ironía y mi prima rueda sus ojos—. Y yo pensando que tenías sesenta años.

—¡Cállate White!

—¿Siempre eres así de simpática? —pregunta Brithany quién viene entrando a la habitación con un bol lleno de palomitas.

Mi prima la escanea y la mira como si quisiera aventarle un florero a la cabeza, pero en vez de eso prefirió continuar con su lectura después de entornar sus ojos.

—No te lo tomes personal, Brithany. Lily es amargada por naturaleza pero no es mala persona.

—Ajá.

—¡En serio! Ella tuvo y sigue teniendo su lado simpático pero pasaron cosas que la hicieron cerrarse a las personas.

—Entiendo, tiene un complejo de villana de una historia mal contada.

—Algo así —rio.

—¿Qué dice el público? ¿Maratón de las crónicas de Narnia o jugar algún juego?

—El juego, esas niñerías de romance no me van.

—Claro Lily, como si jugar no fuera una niñería también —Blanca pone sus ojos en blanco ante la declaración malhumorada de mi prima.

Suspiro ante su discusión estúpida y me rasco una ceja, el malhumor de Lily es preocupante cuando este le nubla la razón así que intervengo en la discusión y comento que las crónicas de Narnia no es una película de romance, el único beso que vi fue el de Caspian y Susan y fue al final de la segunda película.

Pero ambas me ignoraron y la discusión que al principio fue una broma se convirtió en una realidad.

—No discutan por niñerías —les pido cansada mientras mis manos reposan en sus pechos para apartarlas—, decidimos tener este día para olvidarnos de todos nuestros problemas.

—¡Bien! —resopla mi mejor amiga—. Voy por helado —se excusa saliendo de su habitación y comparto una mirada con Lily.

Ella se encoge de hombros como si no le importara, pero sus ojos dicen otra cosa, estos brillan por las lágrimas abnegadas a salir y minutos después mi prima suspira dejando su libro a un lado y se levanta para ir a buscar a Blanca.

—Vale, no sé que decir —comenta Brithany en voz baja y su atención se dirige al celular para fingir que nada pasó entre las chicas.

No justifico los actos de Lily pero la entiendo, yo estuve ahí y sé que los momentos amargos en "su hogar" no son los mejores, la esposa de mi tío Gabriel es una auténtica bruja y a él parece no importarle el daño que esta le hace a su propia hija.

Por muchos años Brisa golpeó y esclavizó a mi prima a su antojo, hizo con ella lo que quiso hasta que mi prima se cansó y dejó de ser su títere cuando cumplió la mayoría de edad, desde ese entonces Lily no se queda en la mansión de su padre... al menos no en su presencia.

Hoy fue uno de esos días donde mi prima quería disfrutar de la casa que alguna vez fue de su madre, habíamos planeado que nuestra tarde de chicas fuera ahí y estábamos preparando todo con entusiasmo hasta que Brisa llegó a arruinarlo.

Camino a la felicidad (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora