Capítulo 58.

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¡Capítulo final Michis!
Gracias por todo el apoyo que me han dado<3

Sofía Monterubio.

Había llegado el día.

Podía saborear la libertad y no saben cuánto la había deseado, tener la paz por completo era una victoria que festejaría por años, eso podía asegurarlo.

Empaqué el último cuadro que había en mi habitación y sellé la caja para dedicarme a contemplarla.

Ya no quedaba nada de lo que alguna vez fue mi habitación, muebles tapados con mantas blancas, aspecto sombrío, casi sin color.

Josué tenía razón al decir que ya nada parecía lo mismo sin mí.

Mi padre después de su divorcio se ha enfrascado en su trabajo y en sus viajes de negocios, casi no pisa esta casa. Josué ha tenido que regresar a España porque sus vacaciones ya habían llegado a su fin y me alegra saber que estará por allá, Ángel le dijo que viviera con nosotros y aceptó encantado.

Elisa por otro lado... no la había visto ni una sola vez desde que llegué, las veces que he venido a este lugar siempre está desierto a excepción de las personas que aún trabajan aquí y siento el ligero presentimiento de que está casa quedará totalmente abandonada.

Mi celular volvió a sonar con insistencia y esta vez decidí contestar, ya había terminado con mi jornada de empacadora profesional así que podía decir que estoy libre.

—¿Bueno? —dije una vez que contesté y le eché un último vistazo a la habitación.

—¡Hasta que contestas! —aparté al móvil de mi oreja ante el imponente grito de Nils, por un momento pensé que me dejaría sorda.

—¿Pasó algo?

—¡Siiiii! ¡Pasó algo maravilloso! —gritó emocionado— ¡Pude encontrar a Stefania!

Grité ante la buena noticia y no pude evitar dar saltos por la habitación.

—¡Eso es maravilloso! ¿La viste? ¿Pudiste hablar con ella?

—¡El día de la misión hablamos personalmente!

—¡¿Por qué no me lo habías dicho?! —le reclamé ofendida.

—¡Perdóname! pero con el ajetreo de reunir todas las pruebas, tu mudanza y todo eso, no me dió tiempo de contartelo. Nunca pensé que reunir tantas pruebas para hundir a ese hijo de puta fuera tan desgastante.

Blanqueé los ojos.

—Dimelo a mi, tres días de mi valiosa vida siendo gastados en alguien como Liam no es buena inversión.

—Es mucho mejor invertirlos en la sábanas de Alex ¿Verdad?

—Si... digo ¡Noooo! —la risa de Nils resonó en el altavoz y quise teletransportarme por la pantalla del móvil para golpearlo—. ¡Nils no te burles y termina de contarme!

—Era cierto —dijo por fin y parpadeé incrédula ante la confirmación de su teoría conspirativa—. Tengo una hija, Sof...

—¡Felicidades Nils! sé que serás un buen padre —expresé con sinceridad.

—Y tú serás una tía muy guapa, por fin seremos una familia disfuncionalmente feliz y toda la cosa.

—¿Cómo se llama?

—Su nombre es Victoria y es una niña preciosa Sofía. ¡Tienes que verla!, te aseguro que te darían ganas de tener hijos —expresó derrochando azúcar en su tono de voz—. Sus mejillas son regordetas, con las facciones de su madre claro está, es la copia de Stefania pero le salió mal la ecuación porque heredó mi color de cabello y mis ojos.

Camino a la felicidad (En corrección)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora