Camino a la felicidad (En corrección)

Capítulo 15.

Alex Cortes.

—¡¿Por qué no me habías dicho que regresarías a Londres?! —exclamo emocionado al ver a mi mejor amigo parado en la puerta y lo hago pasar después de darnos un abrazo fraternal.

—No estaba en mis planes volver pedacito de imbécil, pero nos dieron vacaciones adelantadas en la universidad y aquí me tienes, enterito y solo para tí, my love.

Pongo mis ojos en blanco cuando Iván me lanza un beso y llena un vaso de jugo para él.

—¿Sabes si Thalía vendrá?

Iván forma una mueca y me observa algo contrariado hasta terminar de beberse el contenido del vaso.

—No creo que venga para navidad, Alex, ella ha estado muy ocupada y digamos que la situación con tu tío favorito no es la más hermosa y ejemplar del mundo.

Suspiro con algo de pesar al saber esto, mi madre se pondrá muy triste al saber que Thalía no vendrá a pasar la navidad con nosotros como cada año.

—Entiendo.

Iván y yo conversamos un poco sobre el tema de mi prima y me llena de impotencia el no poder hacer nada para traerla de regreso, mi tío Thomas es una persona ruin y nefasta que solo se ha dedicado a herirla a ella y a mi madre.

—Tierra llamando a Alex. ¡Hola! —Iván bate su mano frente a mi rostro y eso logra regresarme a la realidad—. Relájate brother, sé que es desesperante no poder hacer nada por ella pero todo va a estar bien —me palmea el hombro con media sonrisa melancólica—. ¿Te sientes listo para enfrentar a la bestia?

Cuando Iván habla de "la bestia" se refiere a la madre de Sofía.

—Me siento un poquito ansioso por ese encuentro —confieso preocupado, aunque le haya dicho a Sofía que no me importaban los posibles escenarios negativos, la verdad era que si. Me importaba y mucho pero no por mí sino por ella.

—Todo saldrá bien, amorcito, no te preocupes —me alienta.

—No me preocupo por mí, sino por ella ¿Sabes? —suspiro—. No subestimo que Sofía sea fuerte pero la verdad es que odio que le hagan daño.

—Te entiendo mejor que nadie, Bugaboo, pero debes tener la mente fría para no caer en la locura —Iván posa una mano en mi hombro y su mirada azulada me transmite un poco de esa seguridad que tanto lo caracteriza—. Hazlo por ella, intenta llevarte bien con esa señora aunque en el fondo te cueste.

—Eso sería muy hipócrita de mi parte...

—No lo será, yo hago lo mismo con tu tío aunque no sea muy santo de mi devoción y aquí sigo —se señala así mismo—. Además, iré contigo a esa fiesta, tu hermosa novia me invitó y creo que deberíamos arreglarnos porque se nos hace tarde.

—Gracias por todo, Iván.

—Para eso estamos los amigos, compa —golpea mi brazo—. Bueno, en fin, si queremos ahorrar agua y jabón deberíamos bañarnos juntos —Iván levanta una ceja de forma seductora y frunce sus labios para hacerse ver más coqueto, tal cosa me causa gracia pero no me gusta.

—No empieces con tus juegos raros.

Él me mira totalmente ofendido ante mi advertencia.

—Claro, ahora que tienes novia olvidaste los buenos momentos que viviste a mi lado —dramatiza poniendo una mano en su pecho y pellizqué mi nariz en busca de paciencia luego de blanquear mis ojos—. Rompe mi corazón en mil pedazos Alex, ¡PERO YO SIEMPRE TE VOY A AMAR!

—Lo que tú digas Iván —paso de él olímpicamente a pesar de que se lanzó de espaldas al sillón para ser más dramático de lo que ya es y subo las escaleras para ir a mi habitación y elegir el atuendo de esta noche.