Capítulo 1: La visita

1.9K 64 3
                                    


NARRADOR
En uno de los más de cincuent mauris que residían tranquilamente esperando a sus habitantes para despertar, una na'vi adormilada recogió su pelo en una coleta y miró a través de la ventana de su habitación con añoranza. Recuerdos de su feiz infancia la golpeaban como lanzas que la obligaban a volver al mundo real y alejarse de sus antiguas fantasías. Al fin y al cabo, una futura tsahik...no está para tonterías.

Lunes otra vez...- pensó con fastidio, la hija mayor de los jefes del clan del arrecife.

Mientras admiraba cómo el sol comenzaba a surgir entre las más lejanas aguas, se obligó a hacer un repaso mental de la lista de tareas que estaba obligada a terminar antes del anochecer. Entrenar en "el solitario".., saludar a los miembros del clan.., ayudar con la colecta diaria.., recitar veinte veces todas las hierbas medicinales y medicamentos que sé.., alimentar a los ilus junto a los niños, leerles historias después...- recitó mentalmente.

- Creo que no olvido nada...- afirmó para sus adentros.
Suspiró con fuerza, masajeando su frente con nerviosismo. De nuevo, volvía a notar esa sensación de inquietud paranormal que tantas veces había confesado sentir, ante su madre. Visiones y sueños en los que una na'vi de otro clan muy diferente al suyo la visitaba desde pequeña. Pero esta vez era diferente.
Algo está a punto de empezar, supo.
Sin detenerse más a nada, agarró su arco y flechas y equipó su porta navajas con una hecha de caracolas y rocas marinas. Desde muy pequeña había deseado aprender el arte de la arquería. Su padre, el Olo'eyktan del clan fabricó un arco solo para calmar el ansia e insistencia de una versión más joven de ella. En el marco podía leerse tallada la palabra "Ley'ha", su nombre. Uno que la mismísima Gran Madre eligió para esta.
¿Por qué eligió ese nombre?...¿Por qué uno tan un común?...¿Significaría algo?...¿Tendría que ver con mis visiones?...fueron algunas de las preguntas que estuvieron rondando por su cabeza la gran mayoría de sus años de vida. Nadie le había tomado en serio en todo ese tiempo, solían decirle cosas como eres una exagerada.., o, si fuera algo de Eywa ya nos habríamos dado cuenta.., o incluso que solo fingía para llamar la atención.

Por ello, poco a poco fue dejando de compartir sus verdaderos pensamientos hasta volverse alguien cerrada y de ocas palabras, algo inimaginable para quien antes solía ser. No estaba bien visto un comportamiento extrovertido en una tsahik, ni tampoco el actuar infantil, reír demasiado o mostrar sentimientos. Una futura líder debía ser serena, educada y fuerte sin mostrar debilidades que la hicieran ver como una na'vi normal. Así la habían criado,a diferencia de a sus dos hermanos, los cuales siempre obtuvieron mayor libertad.
Antes de salir del mauri, agarró dos frutas dulces de una cesta y comió una de ellas. Al poner un pie en el exterior, se sintió más libre. La fresca brisa mañanera golpeó su rostro en muestra de saludo, refrescando su cuerpo. Corrió por la playa mientras mojaba sus pies descalzos, disfrutando del placer de las olas chocando divertidamente contra ella. Ella era agua y el agua era ella, así lo sentía . Los dos se complementaban más que con cualquier otro ser y mostraban respeto y amor por el otro. Tal vez no tendría tiempo para nadar tranquilamente, pero no le importaba, porque notaba como el mar le buscaba como una madre a su hija y esperaba pacientemente por su regreso.

Tras unos minutos, llegó a la pequeña playa "El Solitario", que como su nombre indicaba estaba completamente vacío de miradas curiosas o de críticas ajenas. Allí podía ser quien quisiera ser, estar con quien ella quisiera y actuar de la forma que más le gustase. Primero, se arrodilló ante unas altas rocas que allí yacían, rindiéndoles culto como habitualmente hacía. Ese lugar escondía tanta paz como secretos que solo unos pocos conocían. Solo ella se atrevía a volver al lugar de los hechos, donde tiempo atrás, el mar se llevó consigo un pedazo de su corazón. Ya nadie lo recordaba, menos ella, la autoproclamada "culpable" del desastre.

En otra Vida// Neteyam.  (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora