Capítulo 30: El habunga ( parte 3 )

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NETEYAM

Se veía realmente hermosa. Mientras yo estaba babeando por ella, esta reía plácidamente con mi hermana. Su sonrisa me llenaba tanto que sentía como si fuera a explotar de alegría. Ella siempre estaba preciosa, pero hoy, hoy estaba angelical. Parecía echa por la mismísima Eywa, su pelo estaba recogido en una trenza llena de perlas y algunas pequeñas flores que Kiri le había colocado hace rato. Encima de la cabeza llevaba una tiara que combinaba con su falda, y por no hablar de su parte de arriba, que la hacía ver mucho más angelical. De esta caían hilos con más perlas, y Santa Eywa que bien le quedaba.

Cuanto la deseaba. Deseaba que fuera mía, deseaba poder besarla, agarrarla de la mano y poder decirle todo lo que sentía sin preocupaciones. Pero desgraciadamente, ella no era mía. Yo no le gustaba y tampoco le atraía. Al menos no como yo quería atraerle. Esto era vergonzoso de confesar, pero yo ya me había imaginado una vida junto a ella. En ella éramos felices y formábamos una preciosa familia.
Pero todo se iría a la mierda, si aquel pedazo de pez conseguía enamorarla antes que yo. Como ayer había escuchado, hoy era el día en el que aquel inútil metkayina pensaba besar a Ley'ha. No podía permitirlo. Si eso sucediera no me lo perdonaría en la vida, así que ahí estaba yo. Sentado en una especie de tronco cortado, vigilándola para poder pillar a ese asqueroso. Cuando lo viera, pensaba decirle cuatro cosillas. Y no prometía que este fuera a salir intacto de esa pequeña charla.

Algo me sacó de mis pensamientos, haciéndome volver a la realidad. Era Aonung, que se acercaba hacia mí junto a sus amigos.
Lo que menos me apetecía ahora era formar una pelea con él. Así que me fingí no haberle visto y seguir a lo mío. A pesar de mis esfuerzos intentando ignorarle, este llegó hasta mí y me saludó con la mano mientras sonreía.

Aonung: - ¿Pero que hace aquí solo un mono de selva como tú?- preguntó entre risas. - Por si no lo sabías, el circo no está por aquí salvaje.- Él se giró hacia sus amigos para que le rieran la gracia, a lo que estos hicieron ya por costumbre. Apreté mis puños con fuerza y me aguanté ls ganas de matarle por un rato.

Neteyam: - ¿Tanta pena das que tienes que obligar a tus "amiguitos" a que se rían para no hacer el ridículo? - pregunté, mientras le fulminaba con la mirada. Este ensanchó sus fosas nasales al coger aire, y arrugó su nariz. Eso último me recordó a Ley'ha molesta, solo que este hacía que perdiera la gracia.

Aonung: - Habló el que da tanta pena, que ni su chica le quiere.- todos sus amigos bufaron por detrás, y se rieron como condenados. La sangre me hervía como nunca, y no puede aguantarme más. Me levanté con fuerza y me lancé a él con la intención de partirle la nariz. Para mi mala suerte, este me esquivó y alzó las manos como muestra de que no quería pelear.
- Hey, hey tranquilo. Solo quiero darte algo. - dijo mientras reía.- No sabía que te afectaba tanto.- dijo y volvió a mirar a sus colegas.

Neteyam: -¿Qué mierda quieres?- pregunté . Aonung llamó a unos de sus amigos que se encontraban más atrás y este le entregó una jarra con algo dentro.

Aonung: - Toma.- dijo ofreciéndomela. La miré con desprecio, intentando adivinar que habría dentro. -Seguramente algo para intentar gastarme una de sus bromas pesadas. - pensé.

Neteyam: - No quiero tu basura.- le respondí. Él me puso mala cara y con firmeza me lo volvió a ofrecer.- ¿Qué parte de NO. QUIERO. TU. BASURA. no has entendido?- le volví a repetir.

Aonung: - Lo he cogido a la primera Neteyam.- dijo. Me impresionó que me llamara por mi nombre, ya que siempre solía usar un apodo ofensivo para hacer referencia de mí. - Solo quería que hiciéramos las paces. Por eso te iba a regalar una jarra con el mejor zumo de aquí.- dijo apenado.- Pero bueno, si no aceptas mi pacto de paz..........- hizo una pausa, dándome a entender que esa era la última oportunidad para aceptar "su regalo".
No tenía la menor intención de ser su amigo. Pero si aceptaba lo que me estaba ofreciendo, y hacíamos las paces........, seguro padre se alegraría conmigo y ya no tendría que discutir más con él.

En otra Vida// Neteyam.  (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora