En otra Vida// Neteyam. (REESCRIBIENDO)

Capítulo 50: Comienzan los malos tiempos.

Ronal: - Mi hermana espiritual... y su pequeño, ¡Han sido asesinados por la gente de cielo! - exclamó llena de furia. Toda la aldea la escuchaba estupefacta ante sus palabras. Bien se sabía que la gente del cielo cazaba Tulkums, pero jamás se habían acercado a nuestras fronteras y mucho menos para atacar a nuestros hermanos aquí.

Un grito de mi padre, hizo que todos volcasen sus miradas de golpe en él.

Tonowari: - ¡Esta guerra a llegado a nosotros! - dijo. - ¡Sabíamos que cazaban a nuestros hermanos Tulkum, pero era mucho más allá del horizonte, muy lejos! ¡Y ahora lo hacen aquí! - gritó. Golpeó su lanza en el suelo y dejó salir un grito de guerra.

Todos los demás, incluido mi hermano, comenzaron a gritar enfadados y a golpear el suelo con sus lanzas. Una guerra estaba apunto de comenzar entre mi gente y la del cielo, y no iba a ser yo la que les detuviese.
Miré a Neteyam que se encontraba a mi lado, y este agarró mi mano con fuerza. Sus facciones se mostraban serias, como si no quisiera que se alzase una batalla entre los pueblos. Tsireya, que estaba en frente de nosotros, parecía preocupada mientras contemplaba la escena.

Jake Sully, se adentró al centro con mis padres y alzó las manos para llamar la atención del público enfurecido.

Jake: - ¡No lo hagáis! Debéis comprender como piensa la gente del cielo. - exclamó. - ¡Les da igual el equilibrio entre pueblos! - indicó. Un guerrero del fondo, golpeó su lanza en el suelo y gritó.

Guerrero: - ¡Esa gente no nos manda! - exclamó con contradicción. Todos comenzaron a vitorearle y a gruñir ante sus palabras.

Neteyam: - ¡Escuchad a mi padre! - exclamó, aunque casi nadie le prestó atención. Alcé mi cabeza hacia él, dándome cuenta de que tal vez lo que decía Jake era por experiencia y no por no querer luchar.

Ley'ha: - ¡Hacedle caso! - grité. Todos me miraron con respeto y la mayoría callaron sin rechistar. Le eché un vistazo al padre de Neteyam, y asentí dándole permiso para continuar. Este me dedicó una mirada de agradecimiento, y continuó hablando.

Jake: - ¡La gente del cielo no van a parar esto!- indicó. - ¡Esto es solo el principio! ¡Decid a los Tulkum que se vayan! ¡Que se vayan lejos de aquí! - exclamó con autoridad. Mi madre rodó los ojos y frunció el ceño molesta. No le había gustado lo que Toruk Makto había dicho, se notaba en su mirada.

Ronal: - ¡¿Qué se vayan?! - preguntó sarcástica. - ¡Vives con nosotros y no has aprendido nada! - gritó con odio. La multitud comenzó a abuchear, y otro guerrero alzó su lanza.

Guerrero 2: -  ¡Vamos a luchar para proteger a nuestros hermanos! - gritó enfurecido. Él golpeó su pecho y los demás en lugar le siguieron, golpeando sus brazos y pechos mientras gritaban y mostraban sus lenguas.

Jake: - ¡No, no, no, ESCUCHAD! - gritó mientras movía las manos. - ¡Si atacáis y lucháis, os destruirán! ¡Destruirán todo lo que amáis! - exclamó. La gente comenzó a abuchear y gritar, ignorando sus palabras. - ¡No, escuchadme! - se quejó. - ¡HACEDME CASO! - gritó.

Alguien le ofreció a Neteyam una extraña maquinaria de color rojo, y este soltó mi mano y se adentró en el círculo de gente.

Neteyam: - ¡Calmaos! - gritó, tratando de ayudar. - ¡Escuchad a mi padre, dice la verdad! - exclamó. Jake se acercó, a él y cogió el artefacto, para luego llevarlo junto a mis padres, que eran el foco de atención en ese momento. Una vez allí, alzó el objeto y todo el mundo calló y observó sus movimientos.

Jake: - ¡Decid a los Tulkum, que si les alcanza uno de estos, les espera la muerte! - indicó.- ¡Y avisadme, yo lo silenciaré! - prometió. - Esto se trata de un localizador, si uno atraviesa a un Tulkum, ellos sabrán en todo momento dónde se encuentra e irán a por él. - explicó. El pueblo escuchó callado sus palabras, mientras mis padres se dedicaron una de esas miradas que hacían cuando estaban pensando en lo mismo. - Salvadle la vida es lo único que importa, ¿no?- dijo. - Salvad a nuestras familias....- añadió.