Capítulo 31: Ebrio.

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Tenía la piel de gallina, y no me podía mover.
-Era Neteyam. Habían matado a Neteyam.- pensé. Esto no podía estar pasando. No podía ser más que uno de esos sueños tan realistas que últimamente tenía con él.
-Sí, tenía que ser eso- no paraba de pensar. Neteyam estaba lleno de sangre. Mirase por donde mirase, no veía más que sangre. Este se encontraba tumbado boca abajo en el suelo, y a su lado habían trozos de algo que parecía....¿Una jarra? Él no se movía ni mostraba una sola señal de vida. Traté de acercarme a él, pero mis piernas no se movían. Se habían congelado en el sitio donde se encontraban y me era imposible de controlar.

-Si esto era un sueño, tenía que despertar como fuera.- pensé. Intentando combatir contra mi parálisis, traté de mover algunos de mis dedos y así pellizcarme. Era sencillo, si no lo sentía, era un sueño. Pero si lo sentía, todo sería real. Me concentré en intentar movilizar mis manos, cuando de repente sentí un sonido provenir delante de mí. Alcé la mirada lo más rápido que pude, y lo vi.... Neteyam se estaba moviendo. Este cerró uno de sus puños, llevándose la arena y emitió una especie de quejido.

Al instante de hacerlo, mi cuerpo reaccionó moviéndose por fin. Mis dedos descargaron toda la fuerza anteriormente cargada en ellos, y con fuerza me pellizqué en la pierna. Sin pensarlo dos veces, corrí hacia él como nunca antes lo había echo. Y corrí por que me había dolido, lo que significaba que todo esto era real y Neteyam probablemente moriría por desangramiento.
En menos de un segundo ya estaba arrodillada al lado de él. Con fuerza, lo sacudí para finalmente colocarlo boca arriba y poder examinarle.

Ley'ha: - ¡NETEYAM!- grité. Él no me contestó, y tan solo arrugó su nariz con dolor.- ¡NETYAM!- le volví a llamar.- Mierda....¡MIERDA!- exclamé al ver que no me respondía. Coloqué mi oído en su pecho, y para mi alivio escuché sus latidos. Tenía que tapar sus heridas antes de que perdiera más sangre, pero para eso tenía que incorporarle, y él pesaba mucho. Con dificultad, logré incorporarle y lo que vi me rompió el corazón. Él tenía el estómago con hematomas fuertes y uno de sus labios partido( supongo que por una posible caída). En su espalda, habían dos heridas bastantes profundas con trozos de madera clavados, y en su cabeza tenía tanta sangre, que me era imposible de ver la herida de donde salía.

Pasé mis dedos por su cabeza, en busca de alguna herida o agujero. Para mi suerte, lo encontré y presioné un poco sobre esta, para ver cómo de profunda era. Neteyam gruñó ante mi acción, dándome a entender que me sentía. Desaté la tela que tenía atada como falda, y la ajusté a su cabeza. Para así vendarla y anudarla sobre esta.

Noté un tacto frío en mi pierna, y rápidamente miré para ver que era. Se trataba de Neteyam, que se estaba despertando, y había colocado su mano sobre mí.

Neteyam: - Ley'ha...... logró decir, aún con los ojos entrecerrados. Le cogí la mano, y con delicadeza la acaricié.

Ley'ha: - Aquí estoy Neteyam....- dije, tratando de no llorar. Este sonrió, y colocó la otra mano sobre su cabeza. Se quejó por el dolor, y rápidamente la apartó.

Neteyam: - Tienes que irte.......- expresó débilmente. No entendía a lo que se refería.
- Probablemente estaba teniendo alucinaciones por el mareo.- pensé. Pero aunque no fuera así, no pensaba dejarlo solo y mucho menos en ese aspecto.

Ley'ha: - ¿De qué hablas?- le pregunté.- ¿Qué sucede?-. Neteyam se notaba extraño. Estaba sudando y cuando este me miró, sus pupilas se dilataron casi al 100 por 100.

Neteyam: - Vete...- dijo. Cerró sus ojos y movió la cabeza hacia un lado. Por alguna razón, no me quería ver.
- ¿Será por que no le he dejado ganar antes? Pero si me había felicitado....- pensé. Fuese por lo que fuese, me dolía que no quisiera ni verme. Intenté contenerme las ganas de llorar y seguí curándole con lo que tenía.

En otra Vida// Neteyam.  (REESCRIBIENDO)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora