42|El Artista.

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Caminaba por el pasillo directo a la puerta de la habitación de Edward, tomé el pomo para girarlo y abrir, apenas entré cuando...

-Hola, Colibrí -saludó con la vista fija en la computadora.

-¿Como sabías quien era? -Sonreí. Cerré la puerta y me aproximé a la cama para sentarme junto a él.

-Siempre pasas sin tocar.

-¿Y si hubiera sido alguien de tu familia?

-Papá y Matt siempre tocan, Tara empieza a llamarme a mitad de pasillo antes de pasar, y mamá solo pasa sin tocar cuando está molesta... Solo tú irrumpes en mi vida sin avisar -sonrió al decir lo último.

-¿Y si tu mamá sube concentrada hablando por teléfono? Como cuando me recibió.

-Podría haberla escuchado hablando antes de que pasara... Y en el caso de que no, tendría que explicarle que me equivoqué al decirle Colibrí y luego responder a todas sus preguntas... Aunque si como dices estaba muy concentrada, no lo habría escuchado.

-¿Qué crees que te hubiera preguntado?

-Quizá el por qué te llamo así, desde cuándo lo hago y si eso te molesta... Y si finalmente pude decirte que me gustas.

-¿Ella... Cómo lo sabe?

-Al parecer todos lo sospechaban y me molestan con eso incluso antes de que pudiera decirtelo -apartó la vista de la computadora en el momento que un rubor leve se extendió por sus mejillas-. Creo que es difícil ocultar como me siento cuando estás cerca de mí.

De haber sabido el efecto que esa simple oración tendría en mí no lo miraría fijamente a esos ojos que siempre terminaban envolviéndome, estaba más nerviosa de lo que debía y un poco insegura sobre qué hacer o decir.

-No es justo, acabo de llegar y ya me tienes toda nerviosa.

Aparté la mirada apenada al instantes en que Edward se echó a reír.

-Bien, como digas. Y aunque lo que dije fue algo involuntario, trataré de dejarte tranquila un rato.

Volvió a mirar la pantalla del aparato pero sin perder la sonrisita divertida.

-¿Qué haces?

-Veo unas piezas que fueron expuestas recientemente en la ciudad.

-¿Piezas de qué? ¿de pintura, arquitectura y esas cosas...?

-Sí, de pintura. Estas son un poco abstractas, basadas solo en figuras geométricas y otras en puntillismo.

-¿Cómo así? -pregunté mientras me inclinaba un poco para observar las pinturas de las que hablaba.

La que él veía en el momento consistía en muchos cuadrados de tonos opacos que rodeaban un círculo no muy grande de color celeste ubicado en el centro de la pieza.

-Esa es buena, da un contraste bastante notorio de fácil interpretación -dijo y no esperó mucho para pasar a la siguiente-. Y esta es mi favorita, puede que a primera vista parezca un desastre pero cuando te fijas bien y encuentra lo que quiere representar es tan... Increíble.

Yo no veía más que un montón de puntos de muchos colores, y aunque había grupos de tonos similares todo era un poco confuso.

-No siento más que paz en ella -añadió.

-Yo sólo siento que me empezará a doler la cabeza -sentí una punzada en la sien que dio respaldo a mis palabras.

Edward volvió a reír. -Veamos si esto te ayuda un poco -quitó la imagen de pantalla completa para seguido disminuir su tamaño-. ¿Y ahora?

Amor Entre las Flores ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora