7| No sabes tocar la puerta

106 18 9
                                    

Un bello día ¿qué podría hacer hoy?

—Cosita —Víctor dio un beso en mi frente cuando me senté a su lado en el sofá.

El estaba desayunando mientras veía la ley & el orden.

—¿Por qué vemos eso? —pregunté.

—Porque me gusta.

— A mí no. Me parece aburrida.

—Yo desperté primero.

Esperé unos segundos a que Victor volviera a estar completamente concentrado en el programa, intenté quitarle el control remoto pero se resistió, al parecer había previsto mis intenciones; estaba dispuesta a ganar la batalla cuando el timbre sonó.

Seguro era Carlos. Le di el control a Víctor y fui a abrir la puerta. No pude hablar porque de inmediato Carlos empezó a cantar una canciones que no conocía. 

—No sé que sean ustedes, pero deberías ser su novia, con ese talento nos sacaría de la pobreza —comentó Víctor con diversión.

—¿Lo ves? Tu hermano es un chico conocedor.

No respondí a ninguno y arrastré a Carlos hasta mi habitación.

Me explicó que esa canción era del grupo favorito de Mariana, su novia, así que ya se la estaba aprendiendo. ¿Acaso existen más chicos así?.

Empezamos a hacer las tareas, más Carlos porque yo ya había adelantado algo ayer. Se quedó para almorzar y quedamos en que también pasaría la tarde conmigo. 

Ahora salíamos al patio para hablar un rato.

—¿Irás hoy a donde el vecino? —preguntó Carlos.

—Por supuesto que no, dijiste que la pusiera difícil. Así que eso intento.

—Eso está bien —Carlos asintió—. Cambiemos de tema.

—¡Chicos! —Victor se acercaba a nosotros—. Necesito un favor, Esme, ¿podemos hablar a solas?

—Puedes contarlo —dije, porque al final se lo diría a Carlos.

—Aunque quizá Carlos también pueda ayudar —Víctor se sentó frente a nosotros—. Necesito que vayas a la casa de los vecinos y te hagas amiga de Tara.

Ah caray, ¿qué he hecho para tener estos hermanos?

—¿Tengo cara de cupido? 

—Vamos, Esme —hizo un puchero—. Se ve que ella es una chica dulce, y así tu podrás tener más amigos. Además, estás ayudando a Victoria, ella dijo que tu me podrías ayudar.

—!Y me estoy ganando líos! ... ¿Y tú cómo sabes de eso? 

—Ella me lo dijo, ella es como... Mi Carlos.

—¡Creí que yo era tu Carlos! —me quejé.

—Las dos son mis Carlos —se defendió.

—Alto, alto, alto —intervino Carlos—, ¿si tu eres el Carlos de tus hermanos dónde quedo yo?

—Tu eres Carlos —respondió Víctor con simpleza.

—Fingiré que no estoy confundido —murmuró por lo bajo.

Víctor suspiro. —Anda, Esme, por favor, prometo que te lo voy a recompensar.

Lo pensé. Tara en realidad se veía muy agradable y no me molestaría ser su amiga, pero... —¿Yqué hay con Laura? Es también es nuestra vecina y le estabas coqueteando.

Amor Entre las Flores ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora