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4:56am.

No lograba conciliar el sueño desde lo sucedido la noche anterior.

Camila dormía plácidamente con su cabello tapando su cara.

Mientras miraba al techo, un sonido en la entrada captó mi atención.

Me levanté de la cama para salir de la habitación y ver que estaba pasando, no sin antes cerrar la puerta de la habitación donde Camila dormía.

Me acerqué a la puerta de entrada y pude percatarme de el sonido de unas llaves entrando en la cerradura.

Rápidamente fui a la sala por un bate y me quedé detrás de la puerta esperando que está se abriera, cosa que tardó un poco.

De pronto, el sonido de las llaves se detuvo junto al forcejeo de la puerta; bajé el bate un poco y me alejé de la puerta, está se abrió, y apenas lo hizo, mi primera reacción fue pegarle el bate en la cabeza dejando inconsciente a aquella persona que cayó al piso antes de entrar.

Me pude percatar de que era un hombre.

Entré en pánico y quité de la cerradura aquellas llaves y las tiré al suelo dentro de la casa. Rápidamente, arrastre a aquel hombre lejos de la casa, un poco cerca de la camioneta cubierta de hojas.

Corrí hasta la casa, dándome cuenta de que había dejado la puerta abierta.

Cuando llegué, antes de cerrar la puerta, me aseguré de que no hubiera nadie en la casa, luego si cerré la puerta con seguro.

Mientras mi respiración seguía agitada, fui a la cocina por un vaso de agua para calmarme.

Luego de esto, coloqué el bate en su lugar y tiré esas llaves al sótano de la casa.

Fui a la habitación donde Camila dormía y estaba bien, ella seguí en la cama.

Solté un suspiro de alivio y me acosté junto a ella.

Apenas habían pasado 2 horas desde que logré dormir un rato, ya eran las 6 de la mañana, y el sol comenzaba a colarse por las ventanas, aunque pronto fue ocultado por las nubes grises. Excelente, ahora Dios iba a castigarme quitándome el sol.

Poco a poco, las gotas de lluvia comenzaron a chocar contra el techo y la ventana de la habitación.

Solté un suspiro y me opté por levantarme y preparar el desayuno.

Fui al baño e hice mis necesidades, luego salí y fui a la cocina para preparar chocolate caliente y waffles.

Mientras se hacía el chocolate, comencé a hacer la masa para waffles, aunque me di cuenta de un detallito... ¡¿DONDE MIERDA ESTA LA WAFFLERA?!

Por esas razones no dejaba a Camila cocina, ¿Ahora dónde la dejaría?

Luego de buscarla por media hora, me di cuenta de que estaba junto a la tostadora de pan.

Me reí de mi misma por la estupidez que había hecho y conecte la wafflera para que se calentara y pudiera hacer los waffles.

Vertí la masa dentro de esta y la cerré para luego apagar el chocolate caliente y pasarlo a un envase dónde se mantuviera caliente más tiempo.

Luego de hacer el desayuno y un desastre, serví los waffles y acomodé la cocina porque Lauren Jauregui no puede cocinar sin hacer un desastre.

Luego de esto, volví a la habitación en espera de que Camila despertara, cosa que no tardó mucho porque apenas me acomodé en la cama, Camila comenzó a moverse y hacer ruidos extraños, pero yo reconocía esos ruidos.

Friends with Beneficies | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora