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Desperté sintiendo bastante frío y me tapé completa con la sábana.

Lauren estaba al borde de la cama sentada, solo dios sabe que estaba haciendo.

Me quité la sábana y Vi que estaba comiendo, junto a ella había otro plato que supuse, era para mí.

Me levanté y tomé el plato para comer.

Luego de eso, decidí salir de la habitación, no sin antes irme con Lauren.

El lugar estaba vacío, así que caminamos por todos lados gritando como dos niñitas.

Encontramos la puerta de salida y fuimos al bosque para respirar aire fresco.

Estábamos tumbadas en el piso mirando al cielo, cuando de pronto escuchamos una sirena de policía seguido del sonido de una camioneta.

Lauren y yo quedamos atónitas.

Un policía salió de la patrulla y al vernos, nos pidió subir a la patrulla.

-¡Oficial Roberts!-dijo Lauren.

-Señorita Jauregui-habló el policía.

El rápido nos subió a la patrulla y nos llevó a la comisaría.

-¿Me puede decir quienes estaban en ese lugar?-me preguntó el oficial.

-Eran Shawn y 10 hombres-hablé-no estaban armados.

-¿Su esposa fue herida?-preguntó y me quedé mirando al policía confundida-¿Su esposa Lauren fue herida?-preguntó.

-Em... Si, si, ella fue encadenada y se cortó las muñecas-dije y el policía lo anotó.

-Bien, enviaremos a la señorita Jauregui a un hospital para que sea tratada con más atención, los criminales están abajo en las celdas, pueden ir a verlos si quieren.

Lauren negó y yo concordé con ella.

La acompañe al hospital saliendo de la comisaría, y mientras caminabamos, Lauren tomó mi mano y caminamos.

Ya era de noche, resulta ser que en el lugar en el que estábamos era una zona rural de Miami, así que por esto la investigación se había detenido, ya que era tarde y estaba bastante alejado de la ciudad.

Las farolas alumbraban los caminos aquella noche, todo se veía tan lindo con las de decoraciones de navidad.

Llegamos al hospital y revisaron las heridas de Lauren, solo eran raspones, las heridas no eran profundas así que no necesitaba tratamiento.

-Hizo un buen trabajo, señorita Cabello-dijo la doctora-la herida no está infectada así que no hace falta mucho tratamiento. ¿Usted es doctora?-me preguntó.

-No, yo hice un curso de enfermería en la universidad-dije tranquila-pero no soy doctora.

-Bueno, su amiga no sufrió daño, solo le pediré que intenté colocarle yesos y desinfectarlos mientras cura, ya que hubo algunos cortes delicados, pero son mínimos, usted puede curarlos.

Asentí y salí un momento de la habitación mientras la doctora hablaba con Lauren.

Luego de salir del hospital, pedimos un taxi y Lauren le dió una dirección que yo no conocía.

Cuando llegamos, me di cuenta de que era la casa de la playa. Lauren le pagó al taxista y yo me quedé sentada en el suelo contemplando el mar.

-¿Quieres entrar?-preguntó y negué-me quedaré contigo.

Ambas nos quedamos viendo hacia el océano en silencio, solo se escuchaban las olas chocando con las piedras.

-Vamos a entrar-dije levantándome de la arena-esta haciendo frío.

Lauren asintió y entré con ella a la casa.

Mientras Lauren preparaba la cena, yo estaba en la sala que quedaba justo al lado de la cocina.

Estaba revisando mis redes sociales desde el celular de Lauren gracias a que el mío se había perdido en el bosque.

Luego de un rato, Lauren me llamó para cenar.

Ambas comimos en silencio, hasta que yo decidí romperlo.

-¿Soy tu esposa?-pregunté haciendo que se atragantara.

-Si, eres mi esposa-dijo y sonreí.

-Lauren...

-Cállate, Camz-me ordenó-para mi eres mi esposa, yo se que para ti no lo soy, pero para mí si.

-No me dejaste terminar-dije molesta-iba a decirte que no estamos casadas como para ser esposas.

-No necesito un estúpido anillo para demostrarlo-dijo tomando mi mano-eres mi esposa, y si es pecado pues me muero en el infierno.

-De por si es un pecado estar con alguien de tu mismo sexo-dije y ella comenzó a reír.

-La biblia dice Adán y Eva, no Adán o Eva-dijo haciéndome reír.

Terminamos de comer y me ofrecí a lavar los platos de la cena.

-¿Quieres conocer a mi madre?-preguntó-tengo hermanos también.

-Me encantaría-dije y fui a la habitación-¿Cuando?-pregunté.

-Cuando tú quieras, no pienso presionarte.

Me acosté en la cama junto a ella aunque no podía dormir, sentía que a través de la ventana había alguien e iba a volver a llevarme.

Al final, me quedé dormida al saber que Lauren estaba conmigo.

Friends with Beneficies | CAMRENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora