Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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VINCENT MASLOW
<<Un año antes del encuentro definitivo>>
Cody formó una pequeña sombrilla con su mano sobre su frente y miró hacia arriba, contemplando el enorme monumento delante de él. El rascacielos de Maslow Enterprises.
El edificio consistía cinco torres, cuatro menores rodeando a una de mayor altura, todas conectadas entre sí por la base y apartados pasillos intermitentes. El edificio central se paraba mucho más alto a los demás, en la punta, había un reloj electrónico que marcaba la hora en las cuatro direcciones, las manecillas digitales brillaban incluso a plena luz del día indicando la hora exacta en tiempo real.
La primera vez que Cody llegó a San Francisco, no fue el Golden Gate lo que llamó su atención ni la catedral, fue aquél rascacielos, la estructura lo había dejado maravillado desde el comienzo, era tan alto que parecía casi irreal.
-Manténganse cerca, no quiero más perdidos como en el último viaje, sí me refiero a ti Mateo.- Dijo la profesora Martínez en voz alta mientras guiaba al grupo de tercer año de preparatoria. -Todos juntos.-
Cody se ajustó la mochila y siguió a su grupo de compañeros al interior del lugar, al llegar al lobby, una amable mujer con sonrisa cálida, piel oscura y cabello rizado los recibió.
-Bienvenidos muchachos, ustedes deben ser el grupo de la señorita Martínez, del instituto San Antonio, ¿cierto? me llamo Mindy y les doy la bienvenida a Maslow Enterprises.-
Su sonrisa lucía genuina y su voz era dulce, a Cody le agradó instantáneamente.
-Desafortunadamente el señor Maslow no podrá estar presente, debido a un par de juntas a las que tuvo que asistir, yo tomaré su lugar en el recorrido.-
Cody sintió una punzada de decepción, pero ya lo veía venir, el señor Maslow era un hombre ocupado.
-Vengan conmigo, le mostraré el lugar.-
El grupo siguió a la recepcionista. La mujer conocía la rutina, aquél viaje era algo anual que la preparatoria católica San Antonio organizaba cada año para impulsar a los jóvenes de tercer año a superarse y familiarizarse con el ambiente laboral de una empresa. A algunos alumnos les parecía aburrido e innecesario, para otros, como Cody, era emocionante.
-Este rascacielos fue diseñado por el mismo señor Maslow cuando cursaba precisamente tercer año de preparatoria como ustedes. El edificio de Maslow Enterprises mide...-
Doscientos setenta metros de altura, lo cual lo hace el edificio con reloj más alto a nivel mundial según el record Guiness. Cody conocía aquellos detalles de memoria, había leído todo al respecto en diversos libros. Su anchura, el número de pisos, incluso la fecha exacta en la que inició la construcción. Estaba de más decir que Cody estaba fascinado con aquella empresa.
