CAPÍTULO XVII

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CODY ADLER

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CODY ADLER

Cody fue el primero en abrir los ojos, lo primero que vio fue el rostro de Vince, pacífico y tranquilo, con los ojos cerrados y su mejilla sobre la almohada, lo primero que sintió fueron sus brazos, sujetando su cuerpo de esa manera protectora y al mismo tiempo dominante suya y lo primero que olió fue su colonia.

Su respiración era fuerte, tanto que podía sentirla cosquilleando sus mejillas. Dormía con el ceño fruncido como si soñar requiriera mucha concentración para él, Cody estiró su mano y descansó sus dedos medio e índice sobre su entrecejo y lo acarició despacio hasta relajar el músculo ahí.

Cody bajó su mano por su mejilla, sintiendo su barba raspando las puntas de sus dedos, lo contempló en silencio mientras se preguntaba a sí mismo, como un masculino hombre en la segunda mitad de sus treintas podía lucir así adorable.

Contó las canas en su barba, se detuvo en treinta, luego contó los lunares en su pecho, después optó por solo contemplar su rostro. Lo estudió como si fuera la materia más compleja en el mundo, tratando de descifrar la historia que contaban las arrugas en su piel, las preocupaciones en su frente, las sonrisas en las esquinas de sus ojos, quería saberlo todo de él, las partes buenas, las partes malas, incluso si el acuerdo entre los dos duraba sólo un mes, Cody quería empaparse de ese hombre tanto como se le permitiera, metafórica y literalmente.

Una punzada de culpa contrajo su abdomen.

¿Como puedes desear la historia completa de Vince cuando tu mismo ocultas una parte tan grande de la tuya? Pensó Cody.

Aquél hombre había visto las partes más recónditas y vulnerables de su alma y las aceptó sin pensarlo dos veces, aún así, había una en particular que no había visto aún, una parte en Cody que le avergonzaba y le aterraba por igual, una que nadie más que Caleb conocía.

Todos tenemos grietas... Había dicho Vince en una ocasión, y era cierto pero ¿qué pasaba cuando las grietas te rompían hasta contorsionar tu existencia entera? ¿qué pasaba cuando esas grietas de desfiguraban al punto de parecer un monstruo?

Exactamente eso había sucedido con Cody y no estaba listo para comentarlo, al menos no con Vince. Ansiedad comenzó a brotar de nuevo en su estómago, pero ese sentimiento de disipó tan pronto los párpados del mayor se abrieron y ese cálido azul en sus ojos se posó sobre el gris de los suyos.

-Un millón de dólares por tus pensamientos.- Dijo con voz ronca.

¿Debería confesarselo a Vince? de hacerlo, ¿Cómo lo tomaría?

¿El peligro de una respuesta o la seguridad del silencio?

Cody tomó la salida fácil, sacudió la cabeza y sonrió.

-Nada, todo está bien.-

Mintió, con cada diente en su boca y cada cuerda vocal en su garganta...

Cody Adler mintió.

SUGAR & DADDY (YAOI HARD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora