Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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VINCENT MASLOW
El que Cody pasara la noche en la suite con Vince comenzó a volverse algo recurrente, sucedió de manera tan paulatina que ninguno de los dos se dio cuenta al principio. No que a Vince le molestara, le parecía agradable tener compañía en aquel vacío lugar.
A Vince le gustaba su suite, era tan elegante y costosa que le provocaría celos hasta al más adinerado; era espaciosa también, a veces demasiado, prístina al punto de ser estéril. Ocasionalmente, cuando se le caía algo al suelo, el eco que se provocaba era sorprendentemente grande, siempre le erizaba la piel del cuello escucharlo, ese inexorable sonido de absoluta quietud mezclado con el eco del vacío.
El desagrado de Vince hacia el silencio era inmensurable, al punto de casi ser rayar en fobia, principalmente por la incertidumbre de lo que podría encontrar en él. Por ello, le gustaba ver a Cody hacer tarea en la barra de su cocina, verlo comer palomitas a su lado mientras miraban alguna película en la televisión, verlo dormido en su cama, disfrutaba el sonido de sus pasos por el lugar, el de su voz mientras leía en voz baja y su olor remanente en las sábanas.
Entre más feliz se sentía en compañía de Cody, más notaba lo solo que se sentía antes de su llegada, el sentimiento de soledad ya estaba ahí, sólo nunca se tomó el momento de digerirlo, ocupaba tanto tiempo en la oficina al punto que su casa era prácticamente un lugar sobre el cual dormir y nada más, con Cody, se sentía diferente, Vince no podía determinar por qué.
Trató de discernirlo mientras se preparaba para dormir, por supuesto no llegó a una respuesta concreta. Al entrar a su habitación, se sorprendió de no encontrar a Cody en su cama, le había indicado que era hora de dormir, era media noche y estaban a tres días de distancia del fin de semana, el que permaneciera despierto era inusual.
¿Dónde podrá estar?
El sonido de explosiones y motores le dieron la respuesta. Al pisar la sala, Vince confirmó su teoría, Cody estaba sentado en el suelo, sus talones cruzados bajo su peso, atento a la televisión, control en mano y adorable mirada de concentración en el rostro mientras maniobraba a través de la pista de carreras virtual. El joven no estaba haciendo nada remotamente sexual, aun así, Vince pudo sentir el deseo expandiéndose por cada nervio en su cuerpo.
-Cody, tienes escuela mañana, no puedes quedarte despierto tan tarde.- Dijo en parte porque era cierto y en parte porque lo quería en la cama con él.
Desnudo, de preferencia.
-Iré en un segundo.- Dijo sin apartar su mirada del televisor.
¿Desvelándose en tiempo de escuela e ignorando una orden de Daddy? inaceptable.
Vince suspiró, tendría que acudir a medidas correctivas, pero primero debía llevarlo a la cama. Decidió iniciar con la fase uno del protocolo "A dormir". Tomó el dobladillo de su camiseta y de un tirón se la sacó por la cabeza para después descartarla sobre el suelo a su lado. Tomó el listón de su pantalón de pijama y con un suave movimiento de sus dedos deshizo el nudo, dejando caer la prenda a sus pies. Tomó su erección en su mano y comenzó a acariciarla pateando sus pantalones a un lado.
