CAPÍTULO XLI

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VINCENT MASLOW

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VINCENT MASLOW

Vince vio la niebla tan pronto puso un pie afuera de la cabaña, densa y abundante cubriendo el bosque. Parecía algodón flotando en el aire y camuflando su camino.

La niebla y la adrenalina que sentía le dificultaron moverse a través del bosque. Los árboles que se suponía, debían protegerlos ahora se sentían como obstáculos moviéndose delante de él, impidiéndole el paso.

Durante su apresurado camino, una rama rasgó su manga y su piel, ignoró el escozor y la sangre caliente bajando por su brazo, nada más le importaba que encontrar a Cody y ponerlo a salvo.

Vince corría como si su vida dependiera de eso, porque así era, Cody era su vida en ese instante. Incluso si esa tarde su corazón no dejaba de latir, ante la pérdida de Cody, Vince sería un muerto en vida.

-¡Cody!- Gritaba a su paso. No le importaba llamar la atención del causante de los disparos, preferiría recibir todas sus balas si lograba evitárselas a Cody.

Su corazón palpitaba a mil por hora, sudor bajaba por su sien. ¿En dónde estás, Cody? Se preguntaba sintiendo que buscaba una aguja en un pajar.

-¡Cody!-

Su voz retumbaba de árbol en árbol pero no recibía respuesta. Su corazón parecía apunto de explotar dentro de su pecho.

-¡Cody!-

-¿Vince...?-

Dejó de correr y miró en todas direcciones.

-¿Cody?- Llamó buscando su cabello rubio entre las hojas castañas.

-Vince, estoy aquí.- Su voz se escuchaba detrás de una raíz gruesa en el suelo, caminó hacia el lugar con prisa.

Vince no era creyente en lo absoluto, pero en ese momento rezó en silencio, suplicando por el bienestar de Cody.

Como siempre, Dios pareció ignorarlo por completo.

-Cody...- Dijo poniéndose de rodillas junto al chico.

Sangre. Roja y fresca sobre Cody, cubriendo su pálida piel como tinta roja sobre papel.

Estaba herido, su Baby Boy estaba herido.

-Vince...-

Su oreja derecha seguía conectada a su cabeza por un delgado colgajo de piel, parte de su cachete ya no estaba y podía ver sus dientes moviéndose mientras respiraba con agitación a través de las fisuras en su piel.

-Fue... fue Dorian.-

Sus palabras eran apenas inteligibles por la lesión. La herida a la mitad de su cara parecía el paso de una bala desviada que iba dirigida a su cabeza pero que fue esquivada por el movimiento.

Debió perseguirlo por el bosque. Pensó.

Imaginó a Dorian persiguiendo a Cody como a un animal en temporada de caza. La ira que sintió fue inmensurable.

SUGAR & DADDY (YAOI HARD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora