Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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VINCENT MASLOW
Espero aprender mucho de usted...
Hablaba con tanta propiedad, como si nunca se hubieran encontrado con anterioridad. ¿A caso se trataba de otra persona parecida al chico que conoció en la catedral?
Imposible, un rostro como el suyo no se repetía dos veces.
Vince aceptó su mano. -Un gusto, joven Adler, soy Vincent Maslow.-
-El gusto es mío, señor Maslow.-
Durante unos segundos, sólo hubo silencio mientras sujetaban la mano del otro. Los ojos del joven eran grises pero se sentían llenos de color, llenos de vida, incluso detrás del cristal de sus gafas era imposible no notarlos. Pecas adornaban su nariz y un único lunar se posaba coquetamente debajo de su labio inferior.
Vince dejó ir su mano cuando entró en sus cinco sentidos de nuevo. Cody sacó una carpeta manila de su mochila.
-Aquí está mi solicitud de la escuela, la señorita González ya tiene una copia pero pensé que usted querría ver la original.-
Vince aceptó el documento y le echó un vistazo.
Cody Adler.
Estudiante de segundo semestre de contaduría pública de la universidad estatal de San Francisco.
Dieciocho años...
Desvió su atención a su historial académico. Su currículo de la preparatoria era impresionante, tenía registradas muchas actividades tanto académicas como comunitarias. Su calificaciones eran casi impecables.
-Segundo semestre.- Recitó Vince. -Usualmente los internos que tenemos son de cuarto semestre en adelante.-
-La universidad nos invitó a visitar empresas para comenzar a familiarizarnos con el ambiente laboral, así que pensé que podría cumplir con mi tarea de administración y con un par de créditos para el servicio social al mismo tiempo, para que mi carga académica no se vuelva tan pesada durante los próximos semestres.- Bajó la mirada hacia el papel en sus manos. -Espero que no sea un problema.-
-Ninguno, me parece bien que adquieras experiencia desde el segundo semestre, en tanto no intervenga con tus clases.
-No, mis horarios están compactados en la mañana por lo que puedo venir en las tardes.-
-Muy bien, entonces me aseguraré de enseñarte todo lo que sé.-
De nuevo, esa natural excitación hacia lo desconocido que sólo los jóvenes tenían en la mirada se encendió en Cody.
-Gracias, señor Maslow.-
-Seguro.- Dejó los documentos del chico sobre la mesa a su lado y asintió hacia la salida. -Acompáñame, te explicaré lo principal.-
