Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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CODY ADLER
(Cinco años después)
Cody subió al escenario, sus pasos sonaban fuerte gracias a la acústica del auditorio.
-El mejor promedio de su generación y uno de los elementos más prometedores de esta universidad. Denle un aplauso a Cody Adler.- Fue la presentación del director para llamarlo al atril.
Cody atravesó el escenario con los ojos de graduados, familiares y profesores encima de él. Se paró en el atril y miró a la multitud frente a él, no le tomó mucho encontrar a las personas que vinieron a apoyarlo entre los asientos.
En su graduación de preparatoria sólo tuvo a la hermana Mary aplaudiendo por él, ahora, tenía a toda una familia mirándolo desde sus asientos. La hermana Mary, la señorita Theodora, Mindy y sus hijos en compañía de su esposo, Caleb quien faltó a un partido importante para estar presente en ese día al lado de su madre. Incluso la señorita Maslow y Gretta viajaron desde Londres para asistir a su ceremonia.
Y por supuesto, Vince también estaba ahí. Mirándolo desde su asiento, sobresaliendo entre los demás por el potente brillo de orgullo en sus ojos iluminándolo como un reflector.
Cody estaba feliz de que todos estuvieran presentes, era un día especial, la culminación de un camino muy retador. Fueron cinco largos años pero Cody quería alcanzar todos los niveles de licenciatura de una sola vez. Pudo balancearlo con trabajo de campo lo que le permitió adquirir experiencia laboral al mismo tiempo que conocimiento académico. Cody siempre se negó ante la ayuda de los contactos de Vince, apreciaba apoyo pero quería conseguir lo más que pudiera por su cuenta y luego retribuir su apoyo Y aunque eso lo hizo más difícil, también hizo este momento más satisfactorio. El día de su graduación.
Cody sujetó las esquinas del atril y se inclinó al micrófono.
Había preparado su discurso con antelación, lo había escrito en su mente a través de los semestres, editándolo una y otra vez deseando capturar su sentimiento de gratitud, finalmente se dio cuenta de que no había palabras en el mundo que pudieran describir un sentimiento de semejante magnitud.
Pero iba a tratar.
Era el momento.
-Alguien muy sabio me dijo una vez "lo que nos define no son las grietas que llevamos dentro, sino quienes somos a pesar de ellas''- Abrió el discurso con esas palabras. -Nunca había escuchado palabras más ciertas. Son las grietas que cargamos con nosotros las que nos formaron en quienes somos ahora, cada ruptura y cada reparación, cada vértice filoso y cada fino cristal intacto, cada perfecta imperfección nos hizo las personas que han llegado a este día.-
Sus ojos se encontraron de nuevo con los de Vince. Quien sujetaba la cámara de su celular en alto con el pecho inflado en orgullo.
Cody quería correr hacia él, pero tenía un discurso que terminar.
