Vincent Maslow sabía que no debía desearlo, su nuevo asistente temporal estaba completamente fuera de sus propios límites, demasiado joven para él, demasiado impoluto, y aun así no podía apartar sus ojos de él, no podía evitar imaginar los escenario...
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VINCENT MASLOW
Vince y Cody renovaron el contrato. Bastaron unas pocas palabras y un abrazo para efectuar la actualización.
-¿Quieres seguir siendo mi Baby Boy?- Susurró contra su cabeza.
-Nunca dejé de serlo.- El chico musitó contra su pecho.
Vince cerró los ojos y lo sujetó con más fuerza contra él.
Así fue como prolongaron el acuerdo tres meses más. Decidieron celebrarlo de la mejor manera, desnudos encima del otro en la habitación de Vince. El día siguiente era el día de partida de Cody al congreso por lo que más que un festejo, también era un sexo de despedida, dos pájaros de un tiro, incluso en la cama eran eficientes, y Vince siempre se ha jactado de ser un hombre multitareas.
Así fue como Cody terminó entre el colchón y su enorme figura desnuda, dientes en la almohada y puños en las sábanas. Vince follándolo desde atrás como un hombre sin cordura. Cody había pedido que fuera sin condón, dado que ambos eran monógamos y estaban limpios, Vince accedió por esta ocasión. No podía estar más complacido con su decisión.
-¿Te gusta? ¿Huh?- Vince murmuraba atento al cuerpo desnudo de su Baby Boy quien seguiría siendo suyo durante tres meses más.
Podía imaginar las futuras posibilidades del nuevo contrato, el semestre estaba por terminar y las vacaciones llegarían por lo que podría llevar a Cody a un lujoso resort, verlo vistiendo un corto y ajustado short de baño, presumirlo por las hermosas playas de Hawaii, follarlo en cada piscina disponible o en el mismo océano y luego llevarlo a una cena en un elegante restaurante sólo para follarlo un poco más en su cuarto de hotel.
Su boca estaba literalmente salivando ante esa imagen mental.
-Me encanta sentirte moviéndote dentro de mi.- Cody jadeó. -Te sientes increíble dentro mío, Daddy.-
Vince notaba que Cody comenzaba a ser más vocal durante el sexo, Cody había estado tomando nota mental en las palabras sucias que salían de la boca de Vince, era claro por como poco a poco comenzaba a adquirir más confianza para expresarse verbalmente mientras recibía su polla. Eran escasas palabras de perversión pero Vince las consumía ansioso. El magnate acordó consigo mismo que follaría la vergüenza fuera de Cody hasta que no quedara inhibición alguna que le impidiera decir perversiones para su Daddy.
-La tienes tan grande.- Cody jadeó. -A veces siento que podrías terminar partiéndome en dos.-
El cuerpo entero de Vince se contrajo. Al magnate le encantaban los halagos que provenían de Cody, pero cuando eran dirigidos especialmente a su polla, simplemente enloquecía. La parte neandertal en su cerebro amaba escuchar halagos de su virilidad, de cuan largo, grueso y disfrutable era su miembro. Sujetó su cadera y lo empaló en él con fuerza.
-Eso es, habla con libertad, di lo que quieras.- Vince se inclinó hacia adelante para susurrar contra su oído. -En esta habitación no hay prejuicios ni vergüenza.- Vince cerró los ojos para disfrutar con mayor intensidad a Cody. -Pide lo que quieras sin pena en la boca.-