Me sentia perdida, sin rumbo.
Lo tenía todo, ¿pero de que me servia cuando estaba vacía por dentro?
Mi vida dio un giro cuando los conocí a ellos, a quienes crei que no necesitaría pero que ahora anhelo tener en mi vida.
¿Yo era su salvación? ¿O e...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
A la mañana siguiente no me quiero levantar, lloro internamente por eso.
Me levanto con pereza para ir al baño, hago mis necesidades y me meto a bañar, tengo cuidado con mis brazos ya que todavía me duelen.
Menos mal mi familia no me los a visto pero es cuestión de tiempo, les quiero decir pero no se como lo vayan a tomar, solo espero que no comiencen con ir a psicólogos.
No quiero recordar de nuevo, suelto un suspiro y salgo del baño, me cepillo los dientes, me pongo algo sencillo que consta de una falda, unas medias negras y un buso ombliguero blanco y también unas botas altas.
Me seco la cara bien y me aplicó crema, bajo y veo que solo esta mi abuelo.
— Buenos días abu — digo sentandome a su lado para desayunar.
— Ojitos una pregunta, ¿por qué en la basura habían gasas llenas de sangre y algodones? — esta totalmente serio y yo no puedo evitar tensarme.
— Te lo diré cuando llegue de la universidad, es algo que tengo que hablar con todo, ya me voy que me coge la tarde — me levanto y le doy un beso en la mejilla.
Salgo de ahí y Ramón está al lado de mi carro, sonrió.
— Buenos días Ramón, como estas? — le pregunto llegando a su lado, antes de dar la vuelta.
— Bien señorita paulette, ¿la llevo? —niego, estos días quiero conducir yo.
— Gracias pero no, después, hablamos Ramón, Bye — me subo y me voy de mi casita humilde.
Voy viendo toda la gente y veo parejas tomados de las manos y como se profesan su amor, suspiro y apartó la mirada.
En unos minutos llegó a la universidad y aparco donde siempre, me bajó y veo que Merian ya llegó.
Quiero entrar rápido, estoy emocionada por ver a mi amigo, lo extrañe muchísimo en el tiempo que no lo vi.
Salgo y pongo seguro.
Ya pasaro tres días desde lo que pasó en el estacionamiento y desde entonces no eh vuelto hablar con ellos, ya casi no los veo.
Traigo la chaqueta de Elian ya que no quiero tener absolutamente nada de ellos, fue lindo su gesto por lo de mis brazos pero me molesto tanto lo que pasó que no quiero estar cerca de ellos.
Aunque se que fue axel y no todos pero me molesta que ninguno se haya metido.
Siento una presencia detrás mio haciendo que me te se pero su voz me calma pero no por mucho tiempo.
— Tranquila, soy yo — me susurra al oído Elian y hace que me ponga nerviosa, me volteo y veo esos hermosos ojos.
Me alejo un metro de el, no los quiero cerca mucho menos a él. Lo miro seria y el también a mi.
