"Bajo la Luna Azul de invierno te conocí, bajo la Luna Azul de invierno marqué nuestro destino y te perdí"
La lucha de poder entre Vampiros y Licántropos cobra un giro inesperado, una unión que para los primeros significa una luz de esperanza y salv...
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—Aún no tenemos que decidirlo ¿Si? Esperemos un par de días...
—Un par de días me parece un tiempo prudente para decidirlo.
—Ahora duerme que me quedaré contigo velando tus sueños...
No necesitaron hablar más del tema, pues ambos sabían que el par de días no cambiaría su situación.
A pesar de la insistencia de Sunghoon, Jaeyoon tuvo que marchar a las tierras de los Park, su bienestar estaba por encima de sus deseos de permanecer juntos, su bienestar y también la estabilidad de su Reino.
Por supuesto, los miembros del Consejo Real Vampírico no estuvieron satisfechos con la decisión de su Rey, aunque a decir verdad, nunca lo estarían.
Sunghoon perdió toda autoridad moral y política sobre ellos, sus impulsivas acciones y decisiones eran motivos de críticas entre sus pares.
El Tratado de Paz con el Reino Licántropo no parecía suficiente para poder preservar su Raza; si bien, Jaeyoon tendría un heredero, jamás sería aceptado, al menos no entre los miembros del Consejo, la criatura se limitaría a ser eso, un híbrido entre Vampiro y Licántropo, una "aberración de la naturaleza" como ellos lo llamaban.
El dulce aroma del Omega de Licántropo ya no los tentaba a alimentarse de su sangre mientras lo envenenan por dentro, lograron deshacerse de la presencia de Jaeyoon en su Reino pero ¿A qué costo?
Sunghoon no escatimó en gastos y preparativos para el viaje de su amado, se encargó de enviar con él a una gran comitiva conformada por nodrizas y enfermeras que lo atiendan durante su restante periodo de gestación.
También envió a sus mejores soldados y gente de confianza, pero la gran comitiva no llenaba el vacío que el Príncipe Licántropo sentía al dejar al amor de su vida.
La naturaleza social del Licántropo no se veía satisfecha con los sirvientes enviados a su cargo, Jaeyoon necesitaba conversar con ellos, entablar algún tipo de relación por mínima que sea; sin embargo, los Vampiros se limitaban a realizar su trabajo.
Yunho y Mingi intentaban ayudarlo, pero su misión principal era preservar la seguridad del Príncipe Licántropo.
Las visitas de Sunghoon no faltaron, sus momentos juntos se sentían como eternos aunque el Vampiro debía retornar luego de un par de días para continuar dirigiendo a su decadente Reino.
—Solo dos meses amor de mi vida, nuestro hijo estará con nosotros para hacer aún más perfecta nuestra vida. —Sunghoon lo toma del rostro y lo llena de dulces besos hasta posarse en sus labios.
